Indestructible San Emeterio
El alero, uno de los dos españoles del cuadro vasco, estuvo a punto de ser despedido por Ivanovic
A Dusko Ivanovic no le convencía San Emeterio. Quizá no era el jugador que buscaba, pero encontró al que necesitaba. Básicamente, el cántabro es uno de esos tipos al que, cuando se le conoce deportivamente, todo entrenador quiere tener en su equipo. Ivanovic, impulsivo e intuitivo, estuvo a punto de despedirle en el curso de la temporada.
El Caja Laboral es un equipo cambiante, con ese nervio en los fichajes que le ha dado la impronta de su presidente, Querejeta, cocinero antes que fraile. Pero es difícil derribar la muralla de San Emeterio, al que no le tembló la mano para encestar el último tiro libre, el que dio al Caja Laboral el título frente al poderoso Barça.
Pero es que el alero español es difícil de abatir dentro de la cancha y fuera de ella. Se ha ido haciendo a sí mismo en el Valladolid, el Akasvayu y el Baskonia con las dificultades que siempre encuentra un español en una ACB dominada por los extranjeros.
El triunfo de San Emeterio es mucho más que el éxito del Caja Laboral. Es la ratificación de la impronta de esos jugadores más sólidos que estéticos, más compañero que individualista. Curiosa circunstancia. Al más solidario del equipo le correspondió el papel más estelar de la Liga. Siempre se ha sentido amenazado por jugadores de más jerarquía, pero siempre ha resultado resolutivo en los momentos necesarios.
Un jugador sorprendente, basado en el tesón y la valentía, pero con la muñeca necesaria para que no le tiemble el pulso. Cuando el árbitro le dio el balón para que lanzara el último tiro libre, el que determinaba el triunfo o la prórroga, miró a la canasta, y nada más, con el mismo gesto con lo que hacía en el primer partido de la Liga.
Seguramente a Ivanovic le vinieron muchas cosas a la cabeza. Quizá pensó en cuando quiso prescindir de él, en que le rescató en su mejor versión, en que jamás le vencería la presión. Lo que está claro es que San Emeterio no pensó más que en anotar. Como cualquier día. Ahora ya tiene una fecha en su vida: la que le dio el título al Caja Laboral. Le espera otra: el 23 de junio, cuando Scariolo de la lista definitiva de España para el Mundial de Turquía.
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