La caja estuvo sometida a una "intensa" vigilancia por sus desmanes
Javier Aríztegui, presidente del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), le puso fecha ayer al inicio de los problemas de Cajasur: el año 2002, "cuando la inversión crediticia comenzó a experimentar un fuerte crecimiento sin un control adecuado, que fue generando una concentración excesiva en operaciones con el sector inmobiliario de elevado riesgo e importe". Aríztegui enumeró la ristra de irregularidades que el Banco de España detectó en "sucesivas inspecciones" entre 2002 y 2008: empeoramiento de la cartera crediticia, "deficiencias de control interno", elevados gastos de explotación y "excesos de concentración e irregularidades contables". El presidente del FROB recordó el expediente disciplinario que se le abrió al consejo de administración en 2005 por "manipulación de las cifras de inversión".
Además, el supervisor hizo hasta cinco requerimientos por escrito para que se subsanaran todas las deficiencias. En concreto, fue en mayo de 2002, abril de 2005, mayo de 2006, mayo de 2007 y octubre de 2008. El Banco de España ha aplicado un "régimen de intensa vigilancia" a la caja controlada por la Iglesia. Pero, "la ineficiencia de las actuaciones adoptadas por la caja para reconducir la situación motivó la búsqueda de una solución en el marco de los Fondos de Garantías de Depósitos".
La solución definitiva pasaba por la fusión con Unicaja. Pero el 21 de mayo a las 22.36 el consejo de Cajasur comunicó al supervisor que no había aprobado la unión. Se trató de un "incumplimiento grave", según Aríztegui.
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