Euskadi explora una reforma profunda del sistema fiscal
El Gobierno y las tres diputaciones analizarán conjuntamente su viabilidad
La subida de algunos impuestos en Euskadi se halla más cerca que lejos. Que al final esos retoques se queden en mera cosmética o se conviertan en el primer paso hacia una reforma fiscal en profundidad va a depender de los tiempos políticos y del nivel de acuerdo que logren las instituciones vascas.
El primer punto del orden del día en la reunión del Órgano de Coordinación Tributaria (OCT) del próximo jueves, en la que se sentarán representantes del Gobierno y de las tres diputaciones, es precisamente ese. Las instituciones deberán decidir si empiezan a trabajar de manera coordinada en una reforma del sistema tributario, o lo que es lo mismo, si hay que empezar a dar marcha atrás en las rebajas de impuestos.
El OCT abordará el jueves si se empieza a trabajar en cambios tributarios
Las diputaciones van a recaudar este año casi lo mismo que en 2005
La presión fiscal cayó en Euskadi el año pasado casi tres puntos y medio
Expertos tributarios consideran que es el momento para una fiscalidad más justa
La mayoría de los agentes sociales y políticos coinciden en privado en que resulta más necesario lo segundo que lo primero, pero también son conscientes de que las progresivas bajadas tributarias, ligadas además a la posibilidad de lograr réditos electorales, complican la reforma.
Esa cultura, implantada en los años de bonanza económica, se halla en la base de la polémica que levantó el pasado lunes el diputado general alavés, Xabier Agirre, al anunciar que estaba analizando llevar al OCT un cambio impositivo que incluiría, entre otros puntos, gravar más a quienes ganen por encima de 150.000 euros anuales. Sus palabras sentaron muy mal en las otras dos diputaciones, especialmente en Vizcaya, y en la sede central del PNV, hasta el punto de que su presidente, Iñigo Urkullu, tuvo que sentarse el jueves con los tres diputados generales, todos ellos militantes de su partido, para intentar alcanzar una postura común.
Sin embargo, pese al rechazo frontal del PP a subir los impuestos y las reticencias del PNV, algunos de los expertos que aconsejan al lehendakari en materia económica trabajan ya en el diseño de nuevos modelos impositivos más equitativos que comprometan en mayor medida a mantener el sistema a quienes más pueden aportar, sobre todo profesionales y empresarios. En resumen, un nuevo sistema fiscal que garantice la sostenibilidad del Estado del bienestar en un esquema como el actual: crecimiento de derechos sociales con sus gastos asociados frente a caída de la presión fiscal por las sucesivas rebajas tributarias y el impacto de la crisis.
Si se alcanza en un momento dado un acuerdo en el OCT para explorar una posible reforma fiscal en profundidad, como parece que quiere impulsar el Gobierno, las instituciones formarán grupos de trabajo que analicen cada impuesto. En la actualidad, una comisión dependiente del OCT estudia ya las deducciones fiscales relacionadas con el gasto social en cada provincia para optimizar ese gasto y evitar duplicidades.
El debate llega en un momento en que las finanzas públicas están tocadas en toda Europa y después de que todos los gobiernos se hayan visto obligados a recortar el gasto. En el caso de Euskadi, ese ajuste le ha costado ya al Gobierno de Patxi López dos paros de funcionarios, ambos con escaso eco, y ayer las centrales nacionalistas anunciaron otra huelga general contra la reforma laboral para el próximo 29 de junio.
Al recorte del gasto público apenas le queda ya más recorrido. De momento, los paganos han sido los funcionarios, con rebajas salariales, y los trabajadores por cuenta ajena, que han soportado un duro ajuste en forma de despidos, expedientes y también descenso de sueldos.
La recaudación conjunta de las tres haciendas bajó en 2008 un 6,8% con respecto al ejercicio precedente y el año pasado, un 15,9%. En 2010, los ingresos resultarán similares a los de 2005 cuando sólo los costes salariales del Ejecutivo han crecido en ese plazo un 33%. Además, la partida presupuestaria para la renta social ha pasado de 139 millones en 2005 a los más de 320 millones previstos para este año.
Gastos e ingresos marchan de forma inversamente proporcional, "y sin recursos no hay derechos", advierte el ex líder de UGT-Euskadi, Carlos Trevilla.
Los sucesivos recortes de impuestos suman mucho dinero. Eliminar el de Patrimonio merma la recaudación en unos 150 millones; las deducciones de vivienda en el IRPF suponen un recorte de otros 450 millones de euros, y las deducciones por aportaciones a los planes de pensiones de las EPSV significan otro tijeretazo a los ingresos tributarios superiores a los 1.100 millones de euros. Euskadi ha sido la primera comunidad en eliminar el Impuesto de Sucesiones, mientras que el de Transmisiones Patrimoniales ha seguido bajando, incluso el pasado año.
La presión fiscal en Euskadi ascendía en 2008 al 32,1%, frente al 33% del conjunto de España. El año pasado, bajó en la comunidad autónoma casi tres puntos y medio hasta el 28,7%, sobre todo por la crisis, pero también por el impacto de las deducciones y de las sucesivas bajadas de tipos. Andalucía y Extremadura ya se han sumado al debate del ajuste anunciando la subida del tramo autonómico del IRPF y la instauración del céntimo sanitario para hacer copartícipes a los ciudadanos de la financiación de la Sanidad.
"Euskadi tiene capacidad para diseñar un modelo fiscal más equitativo y con mayor calidad democrática", indica Trevilla, tras apuntar que quizá se está ante una situación única para hacerlo, con decisión, pero sin prisas. El inicio del debate va a coincidir con una mejora en la situación económica y laboral. Al descenso del paro en abril y mayo se une el crecimiento en un 1,9% interanual de la producción industrial o los dos trimestres consecutivos de crecimiento del PIB.
Expertos tributarios creen que es el momento de apostar por reformas más justas en el IRPF y el Impuesto de Sociedades, pero con mucho cuidado Las tres haciendas tienen muy claro que el 50% de la recaudación del IRPF la aporta el 10% de los contribuyentes. Las rentas del trabajo, incluso las altas, no tienen mucha posibilidad de defraudar. Donde la tributación pierde el equilibrio es entre los profesionales y empresarios. Dichos expertos sostienen que incrementar la tributación a los ricos no supone tanto subir algún punto los tipos más altos del IRPF, sino afrontar una reforma en el Impuesto de Sociedades que mejore las inspecciones y las sanciones.
"Tenemos una presión fiscal del entorno del 30% y queremos compararnos con países que la tienen entre el 40% y el 48%, y que no han perdido competitividad", resaltaba recientemente el lehendakari. Y este panorama se completa con una situación en que el envejecimiento de la población va a incrementar el gasto social.
[El presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, afirmó ayer a Onda Cero que si su partido y el PNV suman sus votos en las Juntas Generales, "y hoy día vamos por ese camino", no se subirán los impuestos en Euskadi. Basagoiti declaró a Onda Cero: "En el País Vasco quienes suben impuestos son las diputaciones y la mayoría que en las Juntas tienen PP y PNV dice que no se suben los impuestos, independientemente de lo que quiera el PSE"].
La economía sumergida y el fraude
Aunque resulta difícil de cuantificar, algunos estudios sitúan la magnitud de la economía sumergida en Euskadi en torno al 20% del PIB autonómicos, unos 13.000 millones de euros. Ya que la presión fiscal en el País Vasco se acerca al 30%, si todo ese dinero tribuatese las tres haciendas ingresarían unos 3.700 millones más al año.
Esta es la tesis que lleva a expertos como el catedrático de Hacienda Pública de la UPV, Ignacio Zubiri, a sostener que la mejor reforma fiscal es aquella que consiga aflorar a través de la inspección todo ese dinero, equivalente a la cantidad necesario para que la comunidad autónoma cuadre sus cuentas de este año y el pasado. Zubiri realizó en su día para la Diputación vizcaína un detallado informe sobre el fraude fiscal.
Otro análisis, esta vez elaborado por el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) concluye que la economía sumergida suponía el 19,7% del PIB nacional al cierre de 2009. Este texto indicaba que el País Vasco fue, junto con la Comunidad de Madrid, la única autonomía que ha logrado reducir su tasa y el volumen de dinero oculto durante la última década. Eso sí, lo hizo en un exiguo 0,8%.
Las tres haciendas tienen perfectamente identificado el problema, pero en la mayoría de las ocasiones se enfrentan a una carencia de recursos humanos para poder lanzar una campaña definitiva. Por ejemplo, la Hacienda guipuzcoana ha logrado en los tres últimos ejercicios destapar una bolsa de fraude fiscal que supera los 800 millones de euros. En Vizcaya, se descubrió la cifra defraudada descubierta en 2009 a 208 millones.
El diputado guipuzcoano de Hacienda, Pello González, ha explicado que la lucha contra la evasión de impuestos permitió descubrir el año pasado en esa provincia fraudes por 294 millones de euros.
Bases para una posible reforma
IRPF:
- Las EPSV. Eliminar la deducción de los planes de pensiones.
- Rentas de capital. Integrar los rendimientos del capital en la base general.
Deducciones por maternidad y purgar muchas de las que se aplican.
- Rentas altas. Se podría subir varios puntos el tipo marginale que grava las rentas más altas.
- Vivienda. Suprimir la exención de la plusvalía en la vivienda propia.
SOCIEDADES:
- Evasión. La reforma buscaría evitar que las rentas altas utilicen este impuesto para no realizar sus contribuciones personales.
- Normativa. Mejorar la inspección y aumentar las sanciones ante las bolsas de fraude.
- Incentivos. Eliminar algunas deducciones incentivadoras que resultan muy caras y poco efectivas.
- Suceciones. Eliminar la exención plena que existe en Euskadi y mantener un porcentaje de tributación.
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