Liquidez y confianza
Durante las últimas semanas hemos asistido a dos episodios que se han producido de forma simultánea: el incremento de las primas de riesgo de la deuda soberana de los países de la zona euro con respecto a Alemania y la disminución de la liquidez en los mercados de deuda privada.
Dos factores permiten explicar gran parte de lo acontecido. En primer lugar, la incertidumbre todavía existente en el sector financiero, que impide que el dinero fluya con normalidad no sólo entre las entidades financieras, sino también desde el circuito interbancario al resto de agentes económicos. En lugar de ello, las entidades están incrementando el volumen de liquidez que depositan diariamente en el Banco Central Europeo (BCE) a través de la facilidad marginal de depósito, superando esta semana los 350.000 millones de euros, una cantidad que representa un nuevo máximo histórico.
Estamos asistiendo a un deterioro en la capacidad de las empresas para financiarse
Un segundo factor, no menos relevante, es la creciente desconfianza en la sostenibilidad de la recuperación económica de la zona euro, acrecentada por las medidas de restricción presupuestaria aprobadas en los países periféricos y también en los principales motores de estas economías. El efecto negativo que ello puede tener en economías que todavía no han mostrado síntomas de recuperación puede llegar a ser muy relevante, tanto por su impacto directo en el crecimiento como por el deterioro adicional que puede generar en la calidad de los activos, incrementando la aversión al riesgo de los inversores.
Como consecuencia de ello, estamos asistiendo a un deterioro significativo en la capacidad que tienen las empresas, incluso aquellas de contrastada calidad crediticia, de financiarse en los mercados mayoristas. El importe de nuevas emisiones de eurobonos en el ámbito mundial en mayo se redujo hasta los 70.000 millones de dólares, nivel similar al de octubre de 2008 (tras la quiebra de Lehman Brothers) y muy por debajo de la media de 200.000 millones de meses previos.
En la medida en la que las dificultades para la captación de financiación persistan, el recurso al BCE seguirá siendo clave para proveer de liquidez al sistema, aunque sea de forma bilateral (entre el banco central y cada una de las entidades). A ello responde el anuncio de su presidente esta misma semana en el que aclaraba que las entidades financieras seguirán contando con el apoyo de las autoridades monetarias en la captación de financiación mediante la extensión de las inyecciones de liquidez a tres meses hasta, al menos, septiembre. En las circunstancias actuales no debe descartarse una vuelta de las medidas más agresivas por parte del BCE.
Alfonso García Mora y Miguel Arregui son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (AFI)
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