_
_
_
_
OPINIÓN | TORMENTAS PERFECTAS
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El cóctel del miedo

Lluís Bassets

Inmigración, impuestos, delincuencia y Unión Europea. Estos son los cuatro ingredientes del cóctel populista que triunfa en todas las barras europeas. Su base se resume en una palabra: miedo. Agitados y mezclados en proporciones adecuadas a cada país dan los resultados que conocemos, de momento electorales, en Italia como en Hungría, en Dinamarca como en Francia, y ahora, en grado superlativo, en los Países Bajos, donde el Partido de la Libertad, que lidera Geert Wilders, es el que mejor ha sabido servir la mezcla, en su caso con un toque directamente islamófobo.

Estos cócteles funcionan porque se nutren de ingredientes reales, sentimientos a pie de calle, irracionales en casi todos los casos, pero en absoluto inventados por los maquiavelos extremistas. Tienen además la virtud de que desbordan a los partidos que los utilizan. Si Wilders ha llegado tan lejos es porque roba votos a puñados de los partidos tradicionales, las viejas formaciones de masas europeas, representantes de ideologías moderadas y correctas, que han sido de gran utilidad durante más de medio siglo, pero no han sabido luego renovarse y reconectar con los ciudadanos.

Hay que partir de un principio: todo lo que se ha dicho de la socialdemocracia vale también para la democracia cristiana. Cuando el sistema que hemos conocido hasta ahora empieza a caerse a trozos, vemos con nitidez que ambas ideologías eran en realidad los dos brazos de un mismo árbol, responsable de la mayor parte de las cosas buenas que tenemos, como la Unión Europea, el Estado social, o la era más larga de paz, prosperidad y estabilidad de la historia. Y si ahora han entrado en una severa crisis, es porque con la globalización y las turbulencias financieras han entrado también en la zona de lo contingente tanto el Estado de bienestar como la construcción europea; y porque aquellos viejos partidos no tienen idea de cómo acompañar a los ciudadanos en el camino hacia esta nueva Europa que saldrá de la crisis y sobre la que de momento todavía nada sabemos.

El ejemplo holandés es explícito: ha sido la democracia cristiana la que ha mordido el polvo como nos tenía habituados en los últimos años la socialdemocracia. Su líder y primer ministro, Jan Peter Balkenende, ha sufrido la humillación de quedar desplazado hasta el cuarto puesto. El partido de Wilders es ahora la fuerza imprescindible, incluso para formar gobierno, con ideas tan peregrinas a cuestas como imponer un impuesto al velo femenino, prohibir el Corán o cerrar el Parlamento Europeo.

Ante el cóctel del miedo podemos rasgarnos las vestiduras y escandalizarnos como fariseos. Pero sería más útil que todos, ciudadanos y responsables políticos, intentáramos una seria reflexión sobre sus causas y sobre la marcha de nuestras sociedades y nuestras democracias. -

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_