_
_
_
_

BBVA y Santander pujan por las 235 oficinas que venderán las cajas

La entidad fusionada se desprenderá de un tercio de su red de sucursales

Ninguna de las 16 comisiones que negocian la fusión había cerrado ayer por la tarde todos los flecos, pero se da por hecho que el lunes los consejeros de las dos cajas tendrán sobre su mesa el borrador del acuerdo. No les queda otra que trabajar el fin de semana para ajustar los números del proyecto en un documento que el martes deben remitir al Banco de España.

A falta de variaciones de última hora se está concretando que cierren 210 oficinas y la venta de otras 235. Es decir, la caja única se quedará sin el 31% de la red que ambas suman ahora mismo por separado. Fuentes financieras aseguran que a la oferta inicial del Banco Santander se ha unido hace poco el interés del BBVA. Otra cosa es lo que vayan a pagar por ellas en un momento económico muy difícil. La red nacional de Caixanova, excluyendo las sucursales gallegas, está formada por 161 oficinas, mientras que la de Caixa Galicia cuenta con 367.El juego entre ambas sobre cuál será la caja que venda más seguía ayer, ante la presión de la entidad que dirige José Luis Pego por librarse de esa operación.En cuanto a las bajas laborales, finalmente podrían ser sensiblemente menores de las esperadas. Con los números que ayer negociaban ambas se realizarían 910 prejubilaciones sobre una plantilla conjunta que, a 1 de enero, era de 7.855 personas, lo que supone reducir el 11,5%. Junto al plan económico de la integración, las cajas han estado perfilando un borrador de los que serán sus próximos estatutos y que incorporarán a la documentación que se someta a aprobación el lunes. Aunque su contenido no ha trascendido, no ha debido de ser fácil confeccionarlos, puesto que se basa en la Lei de Caixas aprobada en enero, que fue recurrida y suspendida en 11 de sus preceptos. En todo caso, su aplicación se fía a largo plazo, cuando se haga efectiva la fusión bajo una marca y una asamblea única, dentro de tres años.

En la comisión delegada de Caixa Galicia del pasado jueves, el director general de la entidad, José Luis Méndez, volvió a transmitir optimismo para concretar a tiempo el plan de integración, pero advirtió de algunos obstáculos que parecían en principio solventados y que todavía distancian a ambas entidades. Por ejemplo, el importe a solicitar al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) que deberá acompañar a la propuesta de integración. Caixanova y Caixa Galicia mantienen discrepancias sobre la cuantificación exacta de las ayudas públicas, con un techo de 1.190 millones de euros -el 2% de sus activos ponderados de riesgo- fijado primero en la auditoría de KPMG y rebajado luego por el Banco de España hasta s 1.162 millones.

Según fuentes del consejo de Caixa Galicia, también persisten las diferencias en cuanto a la aplicación y destino de los recursos públicos del fondo de rescate para el saneamiento de la caja única. Y sobre este escenario se encuentran las prejubilaciones. Además, el baile de números afecta de lleno a las oficinas. Su venta, que por exigencias de la autoridad monetaria se habría planteado antes de la completa integración, es una de las claves del proceso, ya que no sólo generaría liquidez, sino que permitirá a las cajas mantener los coeficientes de solvencia. Deben enajenar también el negocio crediticio aparejado, en muchos casos vinculado a la promoción inmobiliaria en la red comercial repartida por áreas del centro y de Levante. La mayoría del negocio que debe cambiar de manos corresponde a Caixa Galicia, aunque desde la Consellería de Facenda ya han advertido que cualquier desinversión de este tipo deberá ser afrontada por la caja fusionada.

Con la venta del negocio aparejado a esas oficinas, según fuentes financieras, la caja fusionada mejorará su coeficiente de solvencia a través de la reducción de sus activos ponderados de riesgo (préstamos a clientes, tanto hipotecarios como promotores, inversiones en renta fija y variable). En el caso de indicadores como el ratio bis, éste se obtiene dividiendo los recursos con los que cuenta la entidad (capital, reservas y provisiones de insolvencia) entre sus activos ponderados por riesgo. De ahí la importancia del adelgazamiento. El Banco de España exige un coeficiente de solvencia mínimo del 8%, es decir, que por cada cien euros que se tengan en activos haya al menos ocho de recursos propios.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_