Detenido un hombre por estrangular a una mujer en un barrio de Málaga

La populosa barriada malagueña de La Luz amaneció ayer sobresaltada. Poco antes de las 6.00 un vecino encontró el cuerpo de una mujer de unos 20 años en el número 10 de la calle alcalde José María Corona. La víctima, tumbada sobre la acera, tenía una marca amoratada en el cuello. A su alrededor no había sangre, ni indicio alguno de una pelea. El vecino llamó al Cuerpo Nacional de Policía porque dudaba si estaba muerta.

A mediodía, los investigadores detuvieron a un hombre como principal sospechoso del homicidio. Se trata de un hombre de unos 30 años que fue apresado en su lugar de trabajo, informó ayer Efe. Fuentes de la investigación descartan que sea un caso de violencia doméstica, ya que el homicida no era familiar ni pertenecía al entorno de amigos de la víctima. No obstante, las fuentes indicaron que ambos se habían conocido unas horas antes del crimen.

Los primeros en salir de sus casas se toparon con el cadáver, tapado con una sábana, y pensaron que alguien se había tirado por la ventana. Horas después, cuando los agentes peinaron el bloque de pisos preguntando si habían oído algo o conocían a la víctima, supieron que estaban equivocados. Ningún vecino de la barriada dijo haber tratado con ella. Solo deslizaron que residía en la tercera planta y que era sudamericana. Llevaba poco tiempo en el barrio y no había llamado la atención.

Su cuerpo apareció tumbado boca arriba, frente al portal. Vestía una camiseta de algodón y pantalón vaquero. No le encontraron bolso, pero sí unos pequeños pendientes de oro perfectamente colocados.

Los agentes intensificaron sus pesquisas durante la mañana. Tras tomar huellas dactilares y otras pistas -en el área hay un concesionario de coches de ocasión con cámaras de videovigilancia-, hicieron un barrido por las zonas aledañas. Sobre las 9.00, el cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde estaba previsto que le practicaran la autopsia. Según fuentes cercanas al caso, podría haber sido estrangulada con una cinta o una cuerda.

"Estamos pasmados porque esta es una zona muy tranquila", contaba la responsable de una tienda de chucherías.

Otra residente añadió que, muy de mañana, escucharon a una mujer gritando: "¡Que me dejes, que me dejes!".

El homicidio de ayer es el tercero que ocurre en la provincia en menos de una semana. El sábado pasado un ciudadano británico murió tiroteado en la terraza de un bar de Mijas. El jueves, el propietario de una cafetería de Torremolinos falleció tras recibir otro disparo de un cliente. Los autores de ambos crímenes también están detenidos.