"Pensé que era una broma"
Cuatro empleados se encontraban el lunes en la sede Unións Agrarias de Lalín cuando dos hombres irrumpieron en el local. "Se identificaron como inspección de trabajo, pero no enseñaron acreditación", relata R.C.G., una de las trabajadoras. Buscaban a miembros de la asociación Gandeiros do Deza, domiciliada en el sindicato, y acusada por el PP de desvío de dinero público. La única persona que forma parte de esa agrupación medioambiental se encuentra de baja.
Los supuestos inspectores pasaron allí 20 minutos. "Uno, sentado, tomaba nota en una hoja cuadriculada y con lápiz. El otro me seguía a todas partes", cuenta R.C.G. Incluso cuando salió de la oficina, el funcionario la siguió hasta su coche. "Llegué a pensar que era una broma de los compañeros". Los dos hombres abandonaron la sede sin dejar copia del acta hecha a lápiz. "Todas las inspecciones de trabajo te dan a firmar el acta; aceptas hacerlo o no, pero dejan una copia".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.