Generalización del contrato de 33 días

Para combatir la alta temporalidad que aqueja al mercado laboral español, en 1997 Gobierno, empresarios y sindicatos acordaron crear el contrato de fomento de la contratación indefinida, una figura que recoge una indemnización por despido de 33 días por año trabajado, más baja que la ordinaria de 45. Pese a ello, pocos empresarios recurren a él a la hora de contratar. Tuvo un éxito relativo al principio, era el único contrato subvencionado pero la generalización de las bonificaciones hizo que decayera su uso.

Los empresarios también lo explican por la complejidad de su mecanismo de despido objetivo. La indemnización de 33 días solo rige cuando el despido es improcedente y el patrono ha alegado causas económicas, lo que implica entrar en un proceloso trámite judicial. Si el empresario quiere que la rescisión sea rápida (dos días), tiene que alegar motivos disciplinarios, pero la indemnización sube hasta 45 días.

Para eliminar esta excusa, el Gobierno propuso en principio equiparar los costes del despido improcedente de este contrato -sea por el motivo que sea- a 33 días por año trabajado. La oposición sindical le ha llevado a retirar este punto en su última propuesta.

En el texto presentado el miércoles a sindicatos y empresarios, el Ejecutivo propuso aumentar su uso a nuevos colectivos durante los dos próximos años. Ahora hay pocos que queden fuera, solo hombres parados más de seis meses. Pero el Gobierno ha propuesto dejar solo fuera a los hombres con menos de un trimestre sin empleo.

Además, el Ejecutivo quiere permitirá que las conversiones de temporales a fijos que se hagan hasta el 31 de diciembre de 2011 también puedan acogerse a esta figura.

La medida estrella para impulsar este contrato contempla la subvención de una parte de la indemnización por despido procedente e improcedente (ocho días por año) con cargo al Fondo de Garantía Salarial en los nuevos contratos.