Movida en la escena culinaria

La escena culinaria madrileña no para. Se estrenan nuevos locales, otros cierran y otros redecoran su vida y su rumbo. Aunque las mesas se llenen (más los fines de semana que a diario), los gastos de la inversión provocan movimientos.

Chantarella, uno de los restaurantes capitalinos más solventes, con propuestas de cocina mediterránea de mercado, cierra el próximo sábado 12 su local y reabrirá en otra nueva ubicación tras el verano. Situado en las inmediaciones del Bernabéu (Doctor Fleming, 7) es vecino de otro restaurante de prestigio, el Príncipe de Viana. Este Chantarella se abrió en 2004, tras un prometedor arranque dos años antes en Argüelles. Los hermanos Enrique y Álvaro Díaz, como jefes de cocina, y María José Monterrubio, como sumiller y jefa de sala (premio Nacional de Gastronomía 2007), están al frente del proyecto, que lleva el nombre de la variedad de seta que adoran y básica en su menú. El ravioli de pato con chantarella, el cuscús con foie, las chuletillas de conejo con alioli de azafrán o el pisto con empanadilla de huevo son algunas propuestas que mantendrán este verano en los restaurantes hermanos que montaron en 2007 en la costa de Cádiz: el chiringuito de la Escuela de Vela de Costa Ballena y en el restaurante Chantarella Novo de la playa de la Barrosa, en Sancti Petri, con oferta centrada en pescados del litoral andaluz.

Otra mudanza la protagoniza Fernando Pérez Arellano, que se lleva su Zaranda de Madrid (con el que logró estrella Michelin) al hotel Hilton Sa Torre de Mallorca. Su hijo pequeño, Zorzal, que estaba junto a la plaza de España, se muda al antiguo local de Zaranda, en Eduardo Dato, 5. Al frente de esta taberna de cocina casera con toques modernos está el chef Javier Lafuente.

Y otro cambio más. Tras distintos enfoques y altibajos, El Amparo (Puigcerdá, 8) emprende nueva etapa gestionado por el gastroempresario Andrea Tumbarello (ya con cinco restaurantes en la capital). En los fogones estará el cocinero y periodista Ricardo F. Calleja.