Santa María repara sus bóvedas
La Catedral de Vitoria recupera la curvatura de unos arcos de su crucero que han permanecido deteriorados desde el siglo XVI
Todo comenzó hace 19 años, cuando un trozo del basamento de una de las cúpulas de la catedral de Santa María de Vitoria se desprendió y provocó la alarma de autoridades religiosas y civiles. Entonces comenzó a fraguarse la necesidad de recuperar un templo gótico, caracterizado por una problemática constructiva del mismo grado que su belleza artística. De aquel pedazo de bóveda, surgió el plan director de restauración de la catedral vieja de Vitoria, todo un fenómeno de intervención arquitectónica vinculada a la difusión cultural, que ha atraído hasta la capital alavesa a cientos de miles de visitantes.
Ayer, por fin, comenzó a resolverse esta zona de la cabecera del templo, quizás una de las que "más problemas ha dado a lo largo de la historia de la catedral, con intervenciones continuadas desde el siglo XVI", explicó ayer Juan Ignacio Lasagabaster, gerente de la Fundación Santa María, responsable del proyecto. "Estamos ante un momento histórico", añadió, en referencia a la delicadeza de la intervención.
En efecto, según aclaró el arquitecto Leandro Cámara, encargado del proyecto, los arcos de estas bóvedas han perdido su curvatura original de manera evidente, hasta en 30 centímetros, con el consiguiente peligro para toda la estructura delantera del templo. Para recuperar la forma se ha construido un complejo entramado de carpintería, que sostiene una estructura de tres arcos de hierro, bajo los de piedra afectados. Unos gatos hidráulicos capaces de sostener un peso de 100 toneladas elevarán estas cimbras metálicas hasta que se recupere la curvatura original de los arcos góticos.
A partir de ahí, el equipo de restauración irá consolidando toda la zona, arcos y bóvedas, para que no vuelvan a perder su forma. Como comentaba Lasagabaster, "habrá que introducir cuñas de piedra, reparar las grietas con mortero y recuperar un espacio que hemos tenido que definir en un proyecto en 3D sobre el que vamos a trabajar".
La actuación permite disfrutar de una nueva visión de la catedral desde más de 20 metros de alto, que los visitantes podrán seguir desde el triforio cercano durante el mes que duren las obras.
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