Cajas y loros borrachos
Un teletipo de la agencia Efe fechado en Australia relataba el otro día que decenas de loros aparentemente borrachos caían del cielo y de los árboles de una ciudad del norte del país. El extraño fenómeno sucede todos los años pero, al parecer, nunca en tal cantidad. Los loros pierden la coordinación, se quedan como dormidos y se caen de los árboles. "Parece que están ebrios. Es como si hubieran perdido la coordinación, saltan y no atinan con las ramas", aseguraba una cirujana del hospital veterinario de Palmerton, la localidad donde llueven estos loros borrachos. Los expertos no se ponen de acuerdo sobre qué tipo de intoxicación padecen estos animales. Algunos piensan que se debe a los efectos de haber ingerido alguna planta. Otros creen que se trata de un virus. El resultado final es que los loros se quedan postrados sobre el suelo de la jaula, se enrollan en una esquina o se esconden bajo unas hojas, hasta que se les pasa el efecto resaca.
Australia está en las antípodas de España, por lo que resulta difícil creer que este virus ha llegado tan pronto a la península Ibérica. Sin embargo, un fenómeno parecido está ocurriendo entre la clase política española. Gobierno y oposición andan como los loros borrachos. Se están cayendo de los árboles, sobre todo del árbol del guindo. Y este hecho está siendo especialmente significativo por la cantidad de afectados. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene todos los síntomas del síndrome del loro borracho. Ha perdido la coordinación y se pasa la vida andándose por las ramas, por lo que está a punto de caerse del guindo sin poner los pies en el suelo. Mariano Rajoy, por su parte, presenta el cuadro clínico de la resaca del loro. Lleva meses enrollado en una esquina y escondido bajo unas hojas. Al igual que Zapatero, Rajoy también ha perdido la capacidad de volar, si es que alguna vez la tuvo.
En las escuelas de negocios se estudian toda clase de tonterías. Algunas más tontas que otras. Unos economistas publicaron hace algunos años una curiosa teoría denominada La sabiduría de los errores deliberados. La tesis parte de la siguiente premisa: si todos sabemos que podemos aprender de nuestros errores. Entonces, ¿por qué no cometer algunos de forma deliberada para poder sacar provecho de ellos? A partir de ahí, crearon un mecanismo para cometer fallos cuidadosamente planificados con los que lograr beneficios. La sabiduría de los errores deliberados es el concepto económico que, junto al ya explicado síndrome de los loros borrachos, expresa con mayor amplitud de miras la actual estrategia política del Gobierno de Zapatero. Tantos errores y de una forma tan continúa, no tiene más explicación que el de que sean deliberados.
En esta estrategia sistemática de cometer errores deliberados parecen situarse la Junta de Andalucía y el PSOE ante el debate de la fusión de las cajas andaluzas, ya que a estas alturas ni se conoce la posición de los dirigentes socialistas sobre estos procesos -cada uno dice una cosa distinta, como si estuvieran como los loros borrachos-, ni tampoco la estrategia del Gobierno andaluz ante el alud de concentraciones. La realidad final es una frustrada fusión de Unicaja y Cajasur, que ha debilitado la posición de la principal caja andaluza y que ha hecho aflorar discrepancias internas entre el PSOE y el PP en una entidad donde ambas formaciones mantenían un exquisito equilibrio; y la decisión de CajaGranada y de Cajasol de alcanzar acuerdos interregionales, lo que zanja definitivamente esa pretendida caja única andaluza. En el estudio sobre La sabiduría de los errores deliberados se cita la frase de un directivo de IBM que dice: "Si quiere tener éxito, duplique su tasa de fracasos". Vamos por buen camino, en tasas de fracaso estamos triunfando.
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