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Detenido otra vez en Barbate un acusado en la operación Estela

A la última operación de la Guardia Civil en Barbate (Cádiz) la han llamado como a la novia de Popeye, Olivia. Y es que Popeye es el sobrenombre del supuesto cabecilla de una red dedicada a introducir droga por la costa gaditana. Popeye es de sobra conocido. Su nombre formó parte de la larga lista de detenidos, más de 40, en la operación Estela, otra investigación contra el narcotráfico auspiciada por el juez Miguel Ángel López Marchena en 2002. Esa operación se diluyó en los juzgados y ahora los detenidos de entonces han vuelto a actuar.

El último operativo del Instituto Armado se conoció esta semana, cuando los agentes tomaron la barriada norte de Barbate de madrugada para sorprender a los sospechosos. Hubo 29 arrestados, a los que se vincula con un alijo interceptado el mes pasado. En concreto la llegada de una embarcación a Barbate con 750 kilos de hachís. Entonces se pudo detener a tres personas. El propietario de la lancha neumática también fue arrestado después de presentar una denuncia por robo que la Guardia Civil tacha de "falsa".

Estos arrestos permitieron conocer la existencia de un entramado encargado de organizar toda la operación de recepción de la droga procedente de Marruecos. Cada uno tenía una función: puestos de vigilancia, cargadores, conductores de todoterrenos y custodia de la droga.

Cuando los agentes creyeron haber identificado a todas las aristas de la red decidieron actuar por sorpresa. Realizaron seis registros domiciliarios en Chiclana y Barbate. Además de la treintena de detenidos, consiguieron incautarse de 12 coches, 12.000 euros en metálico y pequeñas dosis de hachís preparadas para su venta al por menor. También había abundante documentación que los investigadores están analizando.

Lo que ya se sabe es que uno de los detenidos es Popeye, vecino de Barbate, al que se considera cabecilla de la red. Hace ocho años fue acusado de organizar un alijo de 1.200 kilos de hachís en Puerto Sherry (El Puerto de Santa María, Cádiz). El alijo fue abortado y esa investigación policial propició la operación Estela, que todavía tiene pendiente juicios por celebrar. La reforma del Código Penal prevé penas mayores para los reincidentes en materia de narcotráfico.

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