El clásico decide más que un anillo
El oficio y la pegada de los Celtics amenazan el reinado de los Lakers
Los Lakers y los Celtics emprenden la próxima madrugada (3.00, Canal +) en el Staples Center mucho más que la lucha por un anillo . Y un anillo no es poco. Basta observar figuras legendarias del calibre de Barkley, Malone, Ewing, Stockton o Iverson y estrellas con varios años en la brecha como LeBron James o Nash, que no lo han logrado. Pero esta vez, el anillo tiene un valor añadido. Los dos equipos que más acumulan, 17 los de Boston y 15 los de Los Ángeles, entre ambos más que los 28 restantes, se disputan la hegemonía de los tiempos modernos. Y lo hacen en un choque directo, como el que mantuvieron hace dos años cuando los Celtics renacieron de sus cenizas después de 22 años de abstinencia. Los Lakers ganaron el año pasado la final ante Orlando. Y en medio de esa pugna histórica aparece Pau Gasol, un pívot determinante , que aspira a redondear dos años de ensueño: plata olímpica, el primer anillo con Los Lakers, el triunfo de España en el Eurobasket y, ahora, en su tercera final, la opción de su segundo anillo.
Son los dos equipos con más anillos: 17 los de Boston y 15 los de Los Ángeles
Se adivinan unas exigencias físicas y mentales máximas para Pau Gasol
Vuelve el cara a cara entre los de verde y los de amarillo , los colores tras los que se esconden muchas de las rivalidades sobre las que se ha forjado la NBA, desde la de Magic Johnson y Larry Bird, Abdul-Jabbar y Kevin McHale, a las de tiempos pretéritos con figuras como Rusell, Auerbach, Baylor, West o Chamberlain.
Los Celtics han despachado en los play offs a equipos como Cleveland y Orlando. Los Lakers, pese a algunas dudas ante Oklahoma y Phoenix, arrollando entre medias a Utah, mantienen una línea acorde con su enorme potencial. Para ellos es hora de empezar a igualar una balanza que señala 9-2 para los Celtics en sus enfrentamientos directos en las finales. "Será una final muy física. Serán los árbitros los que digan hasta qué punto", afirma Doc Rivers. En Boston no han sentado bien unas declaraciones de Phil Jackson describiendo una falta de ataque después de que Garnett golpeara varias veces el brazo de Howard. "Esa no es nuestra mentalidad de juego", concluye el entrenador de los Lakers.
- ¿Quién marcará a Rondo? Al base de los Celtics se le ha reprochado su falta de puntería en el tiro. Pero su mejora desvanece todas las dudas. A sus 24 años, se ha confirmado como una figura a la altura de los más grandes, capaz de ser determinante en el partido más exigente y de doblar su media de puntos (13,7) y casi triplicar la de asistencias (9,8) en apenas cuatro temporadas, además de batir el récord de robos de balón durante un curso en la NBA y también el de asistencias de la franquicia en una temporada. Jackson se plantea asignar a Kobe la tarea de anular a Rondo. Ya probó una táctica similar con buen resultado cuando Bryant cambió de par y defendió al base de Oklahoma, Westbrook. El problema es que, en tal caso, Fisher deberá marcar a Ray Allen, un jugador de 34 años, solo uno menos que él, pero mucho más rápido.
- El inquietante Artest. La presencia de Ron-Ron es uno de los factores más inquietantes en el juego de los Lakers, para bien y para mal. En los primeros ocho partidos de los play offs solo anotó siete de los 42 triples que intentó. Y en el quinto ante Phoenix tiró dos veces en los últimos segundos de forma tan absurda que Jackson pidió que no le pasaran más el balón. En la última jugada, el lanzamiento de Bryant fue a parar a sus manos y en el último segundo evitó la prórroga. De su marcaje a Paul Pierce -máximo anotador de su equipo con una media cercana a los 20 puntos- puede depender la final. Tras su rendimiento poco satisfactorio durante la temporada, Artest se juega su crédito como jugador capaz de adaptarse a las necesidades de un equipo campeón, de la misma forma que se juegan su crédito los responsables técnicos de los Lakers que decidieron ficharlo para sustituir a Ariza.
- Las dos 'ges'. El mano a mano entre Gasol y Garnett se ha convertido en uno de las pugnas clásicas y más esperadas de los últimos años. Hace dos, Garnett fue elegido el mejor defensor de la competición y promedió 18 puntos y 13 rebotes en las finales. Tras haber estado casi un año lesionado, prevalecen en él el oficio y el contagio de su espíritu defensivo sobre la calidad de años atrás. Gasol llega en mejor estado de forma y más decidido a asumir la importancia de su papel en el juego de los Lakers. Sin embargo, el duelo puede ser muy cambiante porque es probable que Bynum, con la rodilla echa trizas, esté muchos minutos en el banquillo. En esa situación, Gasol deberá emparejarse con cualquiera de los pívots de los Celtics, Perkins, Davis o el díscolo Wallace. Con la ayuda de Odom, se adivinan unas exigencias físicas y mentales máximas para Gasol.
- Kobe Bryant . Vuelve a ofrecer su mejor versión tras los problemas que sufrió con las lesiones en un dedo y en un tobillo. En 10 de los últimos 11 partidos ha estado por encima de los 30 puntos. Aspira a su quinto título y a seguir el trazo que un día dejó Michael Jordan. Hace dos años lo marcó con mucha eficiencia Ray Allen.
- Los suplentes. Brown y Farmar podrían tener mucho que decir en el reparto de asignaciones para intentar frenar y dar réplica a Rondo y Allen. Queda por ver si Doc Rivers decide contar con Robinson, espectador de lujo en los Celtics hasta que un golpe dejó malparado a Rondo. Entró en juego y estuvo muy acertado. Anotó 13 puntos en 13 minutos en el sexto y definitivo partido contra Orlando. Como a Vujacic, le falta oficio y consistencia. Los Celtics utilizan sobre todo las rotaciones interiores con Davis y Wallace. En los Lakers, Odom es el único refresco y Walton y Powell están abonados al banquillo.
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