Veinte saqueos al patrimonio histórico durante 2009

Desvalijar iglesias y pazos para vender objetos antiguos en el mercado negro es una actividad criminal asentada en Galicia, segín aseguró ayer el fiscal superior de la comunidad, Carlos Varela. "Hace años que en Galicia existe un consolidado tráfico comercial ilícito de objetos religiosos", señaló, durante unas jornadas sobre patrimonio cultural celebradas en Baiona. La fiscalía registró 20 procedimientos penales por delitos contra el patrimonio histórico en 2009.

Las piezas sustraídas incluyen crucifijos, cálices, relojes, jarrones y otras piezas de orfebrería y escultura religiosa que databan en algunos casos del siglo XVII, según los datos de la Guardia Civil. Una iglesia en Coirós y un pazo en Boimorto fueron objeto de los rapiñadores en A Coruña, la provincia en la que, junto a Pontevedra -con robos en parroquias de Cambados, Vila de Cruces, O Grove o Vilanova de Arousa- se registraron más saqueos de obras de arte y antigüedades. En Lugo hubo cuatro casos y solo Ourense se libró de los ladrones.

Los datos son, no obstante, mejores que los de 2008, año en que se incoaron 25 procedimientos por este motivo. El fiscal destacó, además, dos "sentencias ejemplarizantes" dictadas el año pasado, que condenaron, respectivamente, a unos submarinistas que sustrajeron restos de un pecio del siglo XIX en Ribeira y a una empresa pizarrera que dañó un castro en A Fonsagrada.

Reforma legal

Varela abogó por que la reforma de la ley gallega de patrimonio cultural mejore la coordinación entre administraciones, entidades privadas y ciudadanía. "Debemos ser ambiciosos para articular una norma legal de última generación en la que se puedan incorporar las distintas tipologías de bienes culturales y dotarlas de medidas de protección específicas", añadió.

El fiscal incidió en la importancia de la cooperación transfronteriza con Portugal para proteger el patrimonio cultural de las zonas limítrofes. Varela se refirió, en ese sentido, al Couto Mixto -un área del sur de la provincia de Ourense que fue independiente de facto hasta mediados del siglo XIX-, y pidió que la reforma legal la proteja expresamente.

Para Varela, preservar el patrimonio cultural requiere de una "conservación preventiva", en la que también deben incidir las normas urbanísticas. En ese sentido, señaló al planeamiento especial como el instrumento principal para proteger los centros históricos de las ciudades.