Caixa Girona se rinde por unanimidad
La entidad pacta con La Caixa mantener la obra social en su zona de influencia
Sonriente y con aspecto satisfecho el presidente de Caixa Girona, Manel Serra, confirmó ayer que tiene al consejo de administración de la entidad de su lado: los miembros del máximo órgano de gobierno aprobaron "por unanimidad" la fusión por absorción de Caixa Girona por La Caixa. Los 17 consejeros necesitaron dos horas para llegar al ansiado acuerdo. "Ha sido un intenso debate", confesó Serra.
Las principales bazas que ha jugado el presidente para convencer a todos los representantes de la entidad son el mantenimiento y la visibilidad de la obra social. Caixa Girona, a pesar de desaparecer como entidad y como marca en las entrañas de La Caixa, mantendrá la inversión dedicada a fines sociales y culturales en las comarcas gerundenses. Serra anunció que se gestionará a través de un consejo asesor territorial formado por personas "vinculadas con las comarcas". El mismo tendrá también representación institucional y de seguimiento de la actividad financiera en Girona.
El sí del consejo de administración de ayer no significa que el acuerdo sea definitivo. Se trata únicamente de dar luz verde al inicio del plan de integración. Está previsto que en breve se convoque otro consejo extraordinario que deberá trazar la hoja de ruta hacia la integración. Posteriormente, los 120 miembros de la asamblea general, en una convocatoria extraordinaria, deberán aprobar el plan con una mayoría de dos tercios.
Si las cosas siguen el camino que se dibuja, a finales de verano el plan de integración debería estar ya aprobado. Pero no se pueden echar del todo las campanas al vuelo. El proyecto de unión con las cajas de Sabadell, Terrassa y Manlleu, Unnim, obtuvo también el visto bueno del consejo de administración. Y acabó descarrilando. Pero el contexto ha cambiado.En marzo pasado, cuando el plan de integración en Unnim definitivo pasó por el consejo de administración, la opción por la fusión se perdió por nueve votos en contra, tres a favor y tres abstenciones, porque consideró que sus intereses territoriales no quedaban suficientemente protegidos con ese proyecto. Y ello a pesar de que, tres meses antes, los mismos consejeros habían dado el sí a la operación. Pero el Banco de España y la Generalitat no aceptaron el plan de viabilidad que Caixa Girona les presentó para continuar en solitario. Y llamaron a la puerta de La Caixa.
En su brevísima intervención pública de ayer, Manel Serra vendió el nuevo intento de fusión como "una muy buena opción para las entidades", que "permitirá reforzar la actividad en las comarcas gerundenses" y fuera. Serra, sin embargo, no detalló ayer algunos de los aspectos que más preocupan, como cuántos empleos se perderán para resolver la duplicidad de oficinas o qué papel tendrá la Diputación de Girona, fundadora pública de Caixa Girona y que dejará de serlo tras la absorción. Su presidente, Enric Vilert (ERC), todavía no ha expresado su opinión ante el plan de fusión. Vilert fue especialmente crítico con el proyecto de Unnim. Consideraba que Caixa Girona quedaba muy diluida, pese a que la entidad se medía entonces con entidades que, pese a su mayor tamaño, no tenían un perfil tan desproporcionadamente grande. No se descarta que en la renovación de órganos de La Caixa se pueda volver a dar entrada a la Diputación.
Se da la circunstancia de que, excluidos los servicios centrales, La Caixa tiene más personal en la provincia de Girona que la propia caja gerundense. En torno a 700 frente a 600. CC OO de Cataluña reclama la equiparación de salarios, que supondrá entre el 15% y el 25% más de retribución para los de Caixa Girona, y que a los trabajadores que se les plantee una salida no traumática.
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