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Entrevista:RAYMOND TORRES | Director del Instituto Internacional de Estudios Sociales | La sostenibilidad del Estado de bienestar | 8. EMPLEO Y PRODUCTIVIDAD. NUEVAS FÓRMULAS LABORALES

"Si se generalizan los recortes fiscales y salariales, subirá el paro"

Manuel V. Gómez

Raymond Torres (Madrid, 1960) dirige el Instituto Internacional de Estudios Sociales, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), donde llegó tras ser responsable de Empleo de la OCDE.

Pregunta. La crisis ha golpeado con mucha dureza al empleo en todo el mundo. ¿Cuándo empezaremos a ver la recuperación?

Respuesta. Depende del país. La crisis del empleo es profunda y durará tiempo. Pero hay países en los que el empleo ya ha empezado a recuperarse, sobre todo en los países asiáticos. En los europeos, la recuperación será algo más lenta. Aunque hay países, también en Europa, donde el impacto ha sido menor. Por ejemplo, en Alemania, Holanda, Austria, que han tenido un impacto en la crisis de empleo mucho menor.

P. Y donde el impacto ha sido mayor, como en España, Irlanda o Estados Unidos. ¿Cuándo se verá la recuperación?

R. Estos países se han visto afectados por dos razones: una crisis global y financiera y, a la vez, en España o Irlanda por la burbuja inmobiliaria. En estos casos, probablemente lo peor del ajuste ha pasado ya porque todo el empleo que estaba en el sector de la construcción ya se ha perdido. Puede que se pierda algo más, pero no mucho más.

Una vez pase la crisis global, estos países se irán beneficiando a medida que la economía mundial se vaya recuperando. De hecho, en el caso de España las exportaciones están creciendo con cierta intensidad, lo que demuestra que no hay un problema tan grande de competitividad como en Grecia.

P. Pero una cosa es salir de la crisis, y otra que se cree empleo.

R. Cierto, la gente empezará a ver la salida cuando se genere empleo. Para la OIT, no se acabará la crisis hasta que se recupere el empleo. Pero hacer previsiones es difícil, y más en el contexto actual, especialmente incierto. No obstante, se apunta a que la recuperación de la economía mundial llegará a finales de 2010 y que esto se irá afianzando en 2011. Si se adoptan las medidas adecuadas podemos pensar que el empleo se vaya recuperando este año, al menos lo suficiente como para que no crezca más el desempleo.

P. Hablando de medidas, la OIT en sus informes pide cautela para retirar las medidas de estímulo económico. Esto ya se ha visto en España.

R. Si se generalizan los recortes fiscales y salariales en la zona Euro y más allá, caeremos de nuevo en la recesión y aumentará el desempleo. La coordinación europea es importante para no caer en este proceso. La economía real no ha adquirido suficiente dinamismo. Estamos ante el dilema, al menos así se presenta así, entre resolver la crisis de empleo y la presupuestaria. Hasta cierto punto sí que es así, hay cierta contradicción entre ambas. Pero esa contradicción no se señaló cuando había que prestar ayuda a los bancos. No hubo debate. Este es un argumento más de tipo moral y ético.

P. ¿Entonces hay que optar entre empleo y déficit?

R. No creemos que en términos económicos sea así. Una disminución gradual y pensada es coherente con una recuperación del empleo. Lo importante es centrar los planes de estímulo en medidas eficaces para el empleo y la protección social. Esto implica cierto gasto ahora, pero se trata de una inversión en capital humano y en cohesión social. Primero, esto dará un apoyo a la economía, y a medio plazo puede ayudar a reequilibrar las cuentas públicas. Una retirada prematura sería contraproducente para el empleo y la economía.

P. ¿Y no es esto lo que ha pasado en Grecia o España? .

R. Esto es lo que hubiera pasado en Grecia, si no hubiera habido este ajuste. Es muy duro, pero habría sido más duro aún sin el plan de ajuste. Hubiera habido un impago, que hubiera obligado al estado a reducir aún más el déficit para pagar la deuda.

P. ¿Es necesaria la reforma laboral en España?

R. Es necesaria una estrategia equilibrada. Cualquier medida en el ámbito laboral no se puede considerar como la panacea, ni como la causa de la crisis. Se sabe que ésta vino por el sector financiero. Y es un hecho que la reforma financiera todavóa no se ha producido, ni en España ni en los otros países dónde el sistema financiero ha tenido un comportamiento que no ha favorecido la economía real.

P. ¿Entonces qué cambios hacen falta?

R. El reto está en acercarse a un modelo más inclusivo del mercado laboral como Alemania, Holanda o Austria. En el caso de España, hablamos de dos cosas. El proceso de activación y reinserción de los parados en el mercado laboral no es eficiente. Se requiere mayor inversión en las oficinas públicas de empleo y más profesionales en la activación de los parados.

P. ¿Cambios en el siestema de prestaciones?

R. No se trata de reducir prestaciones sino complementarlas con un proceso de activación. Dinamarca proporciona prestaciones altas varios años, pero los desempleados siguen buscando empleo y se les imparte formación gracias una red de oficinas de empleo que actúan de forma profesional. .

P. ¿Más cambios?

R. La dualidad del mercado laboral. Se sabe que el mercado laboral español se caracteriza por una temporalidad altísima. Esto explica que el empleo se haya perdido más rápido que en otros países y que sea mayor que la caída del producto interior bruto. Además, los sistemas de reparto de empleo no están desarrollados, tampoco el empleo a tiempo parcial. No ha habido esa posibilidad de ajuste para no perder tanto empleo.

P. ¿Y eso requiere una reforma laboral?

R. La normativa laboral juega un papel, pero hay que evitar generalizaciones y simplificaciones. No se trata de desregular el mercado laboral. Se trata de evitar la inacción, la inercia. A la vez hay que tener un sistema que apoya la creación de empleo, que en la medida que se recupera la economía se vaya creando empleo, evitando la dualidad. Y ahí, hay opciones concretas.

P. ¿Por ejemplo?

R. Un contrato de trabajo en el que los derechos crezcan con la permanencia en la empresa, como en Austria. Hace unos ocho años se adoptó un sistema donde las posibilidad de beneficiarse en caso de despido de una prestación que crece con el tiempo. Eso corta la distinción entre empleo temporal y permanente. .

Otro opción es mejorar la previsibilidad del derecho laboral. El problema de las pequeñas empresas es que no sabe lo que va a tener que pagar en caso de despido.No se trata tanto de cuánto va a pagar la empresa, sino de que sepan lo que tienen que pagar. En Holanda, por ejemplo, es caro el despido, pero es previsible.

P. ¿Es alto el coste del despido en España?

R. Sí y no. En el caso de un trabajo fijo, permanente, una empresa tiene que pagar bastante más que en otros países. Despedir a un trabajador con 15 o 20 años es más caro que en otros países. Pero desde el punto de vista del trabajador hay que ver que posibilidades tiene, sobre todo si tiene cierta edad, de volver a encontrar un neuvo empleo. Además, como mencionaba antes el modelo de activación aquí no es tan eficiente. Es un problema del conjunto del sistema, no sólo del despido. Hay que tratar ambos problemas, para dar más seguridad a los trabajadores y a las empresas contratar con mayor fluidez.

P. ¿Entonces no es tan importante es el coste del despido a la hora de crear empleo?

R. No. Tampoco hay que esperar milagros. Una reforma de este tipo tampoco es la panacea. En comparaciones internacionales la legislación laboral no tiene una correlación simple con la tasa de desempleo. Lo más importante es el diseño y evitar la dualidad.

P. ¿Debe buscar España soluciones fuera?

R. No creo que España deba copiar nada. Cada país encuentra su propia vía, tradiciones, instituciones, contexto histórico. Te puedes inspirar en lo que hacen los demás, pero que yo sepa nunca se copia exactamente lo que se hace en otros sitios. Incluso sería contraproducente intentar hacerlo porque no se va a conseguir. España debe buscar una mayor activación, no disminuir las prestaciones por desempleo, incluso mejorándolas para algunos colectivos con problemas de pobreza. Pero añadiendo la activación. Eso da más seguridad.

P. ¿Pero las políticas activas de empleo no crean empleo?

R. No, claro. Si no hay empleo, es imposible. Por eso hablo también de mantener cierto apoyo a la demanda. Además, la activación permite mantener cierto contacto con las escasas posibilidades que ofrece ahora el mercado laboral, pero que irán mejorando.

P. El nobel de Economía Paul Krugman ha defendido que España tiene que rebajar sueldos para ganar productividad, también algunos empresarios ¿Está usted de acuerdo?

R. Primero hay que destacar que durante la época de bonanza los sueldos no ganaron tanto, incluso en los salarios de los convenios colectivos. Es verdad que ha crecido el salario real en 2008 y 2009, básicamente por que la inflación ha sido inferior a lo previsto. Esto justifica un moderación en los próximos 2 años, pero de ahí a disminuir los salarios es otra cosa, como señala Joseph Stitglitz, otro Nobel.. Además, si hubiera un problema grave de competitividad, habría que plantearse el tema. Las exportaciones se están recuperando y las importaciones están estancadas. Esto se puede deber a que la demanda interna es muy floja y la producción se reorienta hacia la exportación, pero está claro que si no fuera competitiva tampoco crecería.

Así que no creo que sea una solución para España recortar el salario y crecer por sectores de baja productividad y poco valor añadido, que no se corresponden con el potencial del país.

P. Pero la productividad es uno de los problemas del mercado laboral en España, ¿cómo arreglarlo?

R. La alta temporalidad ha disminuido la productividad. No permite la inversión en capital humano. Disminuirla permitirá a medio plazo aumentar la productividad. Por otra parte, está el tema de la inversión y la innovación en sectores con capacidad de crecimiento. Hay que aprovechar la crisis. Antes la inversión se situaba enormemente en la construcción, con un impacto sobre la productividad muy incierto. Para muchas empresas ha resultado más rentable invertir en este sector o en sectores protegidos que orientarse a la exportación o sectores con mayor potencial como las energías renovables, que constituyen una ventaja comparativa para España. En la medida en que esa burbuja ya ha explotado se trata de dirigir la inversión tanto en capital humano, como en capital físico, a sectores con mayor potencial.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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