Los museos de Vigo estrenan temporada
En el plano oficial, el momento presente es de renovación para la mayor superficie expositiva de Galicia, coincidente con el cambio de estación. Galerías y museos vigueses estrenan contenidos que reflejan otra disposición de gustos e intereses, a mayor o menor distancia, según cada caso, de lo que ocurre en los conductos subterráneos de la creación y producción cultural.
El Museo de Arte Contemporánea (Marco) cede su primer piso hasta finales de agosto para la exposición Voando cara á terra, comisariada por el colombiano Inti Guerrero, responsable del proyecto ganador del Premio Marco/Frac Lorraine para Jóvenes Comisarios. Organizado en colaboración con la institución francesa, está dotado con 7.000 euros de honorarios para el comisario y 30.000 euros para la producción de la muestra que, en este caso, reúne una decena de artistas internacionales que abordan procesos y formas de religiosidad en relación con la política, la memoria colectiva y la cultura popular.
La artista viguesa Carme Nogueira presenta en la galería Ad Hoc el resultado de dos experiencias artísticas recientes bajo el título Guided tours, viaxes guiadas. La primera, una residencia desarrollada en la ciudad de Rotterdam el año pasado, indaga en la relación entre la memoria, los entornos cotidianos y las historias íntimas y compartidas a través de diez intervenciones; la segunda, Nogueira confronta el paisaje de Valparaíso con escenarios locales con idéntica intención de descubrir cómo se crearon esos escenarios.
Las fotoesculturas de la alicantina Ana Teresa Ortega argumentan, en la galería Bacelos, un homenaje a los precursores del desarrollo científico español a comienzos del siglo XX y hasta el estallido de la guerra civil. Lugares del saber y exilio científico tributa reconocimiento a la Junta de Ampliación de Estudios presidida por Ramón y Cajal en el período 1907-1934.
Otro fotógrafo, el gallego Xosé Manuel Albán, expone su visión de la obra poética de Uxío Novoneyra a través de las instantáneas que conforman A voz da terra, en el Museo Verbum hasta el próximo 13 de junio. Y más retratos, en el Museo do Mar se muestran las estampas de la actividad pesquera viguesa a finales del siglo XIX tomadas por la cámara del príncipe Alberto I de Mónaco, quien tomó parte en expediciones científicas para estudiar la escasez de sardinas en la costa bretona. A historia do príncipe e a sardiña ejerce, igualmente, de documento histórico acerca de las embarcaciones y la pesca de la época.
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