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Columna
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Hay otras primeras damas

Lo de Camps fatiga hasta la náusea. Así que disculpen los lectores, pero a pesar de la denuncia de la siempre combativa diputada Ana Noguera, no les voy a hablar de Isabel Bas, esposa del mentado, formalmente primera dama de la Comunidad Valenciana y propietaria de la famosa farmacia de las maravillas, la trastienda de Presidencia de la Generalitat.

Hay otras primeras damas. El mundo, nuestra atención, merece otras primeras damas. Nos lo explica Médicos Sin Fronteras (MSF). Con el título de First Ladies, la organización humanitaria ha inaugurado una exposición fotográfica que rinde homenaje a las mujeres en situación de emergencia. Mujeres vulnerables y, al mismo tiempo, poderosas. La muestra puede contemplarse en una de las salas del Museo de Ciencias Naturales de los Jardines de Viveros.

Los equipos de MSF (25.000 trabajadores entre personal desplazado y personal local contratado) han constatado cómo las mujeres quedan excluidas de la atención médica a causa de la pobreza, de las largas distancias de los centros de salud y del raquitismo de los sistemas sanitarios. Estas mujeres, extraordinariamente vulnerables y a la vez extraordinariamente fuertes, son el objeto de la mirada de tres prestigiosos fotógrafos holandeses: Pim Ras, que las ha retratado en la República Democrática del Congo; Venus Veldohen el Nasi, en el sur de Sudán; y Corbino, en Kalikot, una remota localidad del oeste de Nepal. Junto a estas imágenes nos aparecen los testimonios de las mujeres atendidas en los proyectos de la organización médico humanitaria y de las trabajadoras locales de MSF.

Vale la pena ver estas imágenes y leer los testimonios de sus protagonistas. Mujembal Kalenga ha acompañado a su sobrina Monga, que dio a luz en el hospital de MSF en la localidad congoleña de Duble: "Todos nuestros parientes han muerto y ninguna de nosotras tiene marido. Hemos huido de nuestra casa en numerosas ocasiones debido a la guerra. No tenemos nada". Phoebe Uvoo, comadrona de MSF en Sudán, explica que hay tan pocos servicios médicos que muchas mujeres embrazadas deben caminar dos días para llegar al hospital más cercano "por lo que las mujeres y sus bebés están exhaustos y las cosas pueden salir mal". Hosa Bhareti, una mujer nepalí de 42 años, dice que no quiere tener ninguna hija en su próxima vida: "No quiero que sufran tanto".

Joan Fuster decía que las verdades hay que exagerarlas para que resulten creíbles. A veces, no. A veces basta con fotografiarlas. En tiempos de tantas decepciones, la exposición de MSF es un motivo para la esperanza y para el compromiso. Las cifras hablan. La organización médico humanitaria tiene solo en la ciudad de Valencia 13.600 socios y colaboradores y un total de 40.000 en el conjunto de la Comunidad Valenciana. Casi, casi, tantos socios como un equipo de fútbol. No es una ironía. Al revés, es un motivo de ilusión. Hay otras primeras damas. De nosotros depende.

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