El 'multador' malicioso

La Audiencia de Lleida ha condenado al ex agente de la Guardia Urbana de Lleida Ramon Ribert a cuatro años y seis meses de prisión y a 5.400 euros de multa por falsedad en documento oficial. El acusado, de 47 años, multó sin motivo a varias personas con las que estaba enemistado. Ribert ingresó en el cuerpo procedente de los Mossos d'Esquadra y ya no pertenece a su plantilla tras serle declarada una incapacidad absoluta. Según la sentencia, que será recurrida ante el Supremo, los hechos constituyen un delito continuado de falsedad en documento oficial cometido por un agente de la autoridad. No obstante, en ella se pide al Gobierno un indulto parcial para que Ribert no tenga que entrar en prisión.

El agente local de Lleida denunció a coches que estaban en el taller

El tribunal considera probado que entre septiembre y octubre de 2007, estando fuera de servicio, Ribert denunció infracciones de tráfico cometidas en Lleida por vehículos conducidos o propiedad de vecinos de Alguaire, localidad en la que residía.

A las 22.10 horas del 8 de septiembre denunció al conductor de un coche por usar el teléfono móvil y a las 22.11 horas por conducir sin cinturón. En ambos casos no se identificó en la denuncia al conductor. El coche resultó ser de Marc R. B., a quien el agente conocía no solo por ser vecinos y residentes en la misma población, sino también por haber tenido con él varios contenciosos judiciales.

A las 13.40 horas del día 8 de octubre también denunció a otro automovilista por conducir "de forma negligente con riesgo relevante", ya que hablaba por el móvil y estuvo a punto de atropellar a un peatón, y a las 13.41 horas le volvió a denunciar por "conducir haciendo uso manual de teléfono". En este caso tampoco se identificó al conductor. El vehículo también resultó ser de Marc R. B.

Al día siguiente, el 9 de octubre, el acusado cursó dos denuncias, a las 13.40 y a las 13.41 horas, por conducir de "forma negligente con riesgo relevante para los otros usuarios", por incorporarse a una rotonda sin ceder el paso y por "conducir haciendo uso del teléfono móvil". El conductor, al que tampoco se identificó, era Raúl R. R., vecino de Alguaire.

Unos días después, el 16 de octubre, multó dos veces a un conductor por no respetar la luz roja del semáforo y un paso de peatones "creando situación de riesgo", y añadió que había estado a punto de atropellar a un peatón. Tampoco hizo constar el nombre del conductor debido a que el agente denunciante "no lo pudo parar por motivos de seguridad". En este caso, como en los anteriores, tanto la propietaria del vehículo, Rosa P. M., como su hijo y conductor habitual, Narcís T. P., son vecinos de Alguaire y el día de la denuncia el vehículo se encontraba en un taller.

El tribunal constata que de las 14 denuncias cursadas por el acusado entre septiembre y octubre de 2007, todas cuando se hallaba fuera de servicio, 11 lo fueron contra vecinos de Alguaire. También destaca la coincidencia horaria de las denuncias y que en ninguna se identificara a los infractores, así como que algunos coches multados estaban en el taller el día que fueron denunciados.