Laporta se despide con 12 títulos
Aunque el 22 de junio de 2003 presidió el último partido de la temporada contra el Celta (2-0), Joan Laporta debutó propiamente como máximo dirigente del Barcelona en el Camp Nou la primera semana de septiembre, la noche en que el campo se estremeció por un gol de Ronaldinho frente al Sevilla, una jornada conocida como la del gazpacho y que quedó reflejada en el sismógrafo del observatorio Fabra de la ciudad. Fue el mejor anuncio de que su mandato sería tan ruidoso como exitoso, como quedó constatado nuevamente ayer, en su último partido, el día en que el Barça alcanzó y celebró su Liga número 20, el campeonato récord por puntos, tanto en España como en Europa, por encima del conseguido por Mancini en el Inter en 2007 (97). Laporta se despide con 12 títulos en siete años, puesto que el próximo 13 de junio se celebrarán unas elecciones a las que no se puede presentar porque así lo establecen los estatutos.
"Me quedo con todo lo bueno, con las personas que han hecho posible que el Barça viva los mejores momentos de su historia: los jugadores, los técnicos, el secretario técnico, los empleados...", afirmó Laporta al acabar el partido. "He dedicado todas mis fuerzas y mi esfuerzo personal para que el Barça viviera los momentos de felicidad de ahora", prosiguió; "me siento satisfecho y agradecido". Y, convencido de que la racha continuará en el futuro, remachó: "Estoy seguro de que el presidente que salga elegido podrá seguir el camino del éxito y el modelo que ya ha demostrado que funciona. El equipo tiene talento. Me siento más agradecido que nostálgico".
A Laporta sólo le faltó la felicitación que le dedicó después Pep Guardiola para coronar su mandato. Aunque tiene fecha de caducidad como presidente, intervendrá seguramente en el proceso electoral al que concurren siete precandidatos, uno avalado por el propio Laporta: el vicepresidente Jaume Ferrer. Los aspirantes se quejaron de que anoche no pudieran recoger firmas para avalar su candidatura. En plena fiesta, sin embargo, la hinchada sólo tenía ojos para los futbolistas y el Camp Nou volvió a estremecerse de placer como cuando Ronaldinho marcó su primer gol. La gent blaugrana, que llenó el estadio, celebró ayer la Liga en comunión con sus jugadores y su entrenador. Los futbolistas, después, regalaron su camiseta al presidente. "Un detalle que agradeceré toda la vida", dijo; "voy a recordar todos los momentos, los buenos y los malos, los aciertos y los errores, y también la exhibición de hoy, que refuerza nuestro modelo de juego cruyffista. Voy a disfrutar el título intensamente".
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