Destino, la Real Chancillería

El próximo 2 de junio, si la huelga de funcionarios no lo impide, cinco magistrados andaluces se someterán a una de las entrevistas más decisivas de sus carreras. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) evaluará su idoneidad para ocupar el despacho más importante de la Real Chancillería de Granada, es decir, la presidencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Estos son sus perfiles:

- Francisco Javier Arroyo. Jienense de 54 años, es un jurista precoz. Afiliado a la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura, ingresó en la carrera judicial con sólo 23 años y actualmente preside la Audiencia Provincial de Málaga, la que más asuntos tanto civiles como penales mueve de toda la comunidad. Arroyo es un especialista en derecho comunitario y ha participado en la formación de jueces en países de Europa del Este que se incorporaban a la UE. Este magistrado jurídicamente ecléctico -ha prestado servicio en tribunales civiles y penales, tiene experiencia en el ámbito administrativo, y colabora con la Universidad está acostumbrado al foco público desde antiguo: presidió la sala que enjuició el secuestro de la niña Melodie Nakachian.

Los candidatos conjugan perfiles técnicos, jurídicos y de gestión La entrevista se realizará el 2 de junio, fecha del paro de funcionarios

Arroyo presenta un perfil marcado por la gestión: pertenece a la Sala de Gobierno del TSJA y bajo su mandato se ha producido el traslado a la Ciudad de la Justicia de Málaga. La puesta en marcha de la nueva sede no ha estado exenta de roces con la extinta Consejería de Justicia de la Junta, propietaria formal del inmueble, especialmente por la titularidad de los aparcamientos en el subterráneo del edificio. Como gestor también destacan la puesta en marcha de secciones bis para juzgar los casos de corrupción Malaya y Ballena Blanca.

- Joaquín García y Bernaldo de Quirós. Un conocedor, y sin duda amigo, afirma que el puesto que le corresponde a este jurista no está en la cúspide del TSJA, sino en el Tribunal Supremo. "Es uno de los magistrados jurídicamente más influyentes de España", aseguran de él. Este magistrado almeriense, de 49 años y apasionado del derecho público, llegó a la sala contenciosa del TSJA con sede en Málaga en el año 1990, y de ella no se ha movido desde entonces. Ahora es su presidente. Afiliado a la Asociación Judicial Francisco de Vitoria, optó por alejarse de su provincia natal porque no le parecía bien ejercer la judicatura en una zona en la que puede tener afinidades familiares o intereses económicos. Padre de dos hijos -la mayor acaba Derecho este año-, lector del filósofo Wittgestein -"y de cosas más ligeras"- y amante de la música clásica del siglo XX, considera que Málaga es un "laboratorio jurídico" que genera "mucho trabajo y muy interesante".

- Lorenzo del Río. Lleva 22 años como presidente de la Audiencia Provincial de Cádiz pero su acento de vocales más abiertas y tono suave delata su origen. Nació en Jódar (Jaén) y estudió Derecho a distancia, en la UNED. Su carrera judicial, iniciada en 1980, ha sido fulgurante: en sólo cuatro años accedió a la Audiencia gaditana. Reputado penalista, actualmente imparte Derecho Penitenciario en el Instituto de Criminología en la Universidad de Cádiz.

De talante negociador y discreto, Del Río presidió la Asociación Francisco de Vitoria en alguno de los momentos más tensos, cuando, tras el caso Mari Luz, los jueces decidieron rebelarse ante la falta de medios para realizar su trabajo. El magistrado, defendió siempre unas movilizaciones judiciales moderadas y rechazó la huelga de jueces de febrero de 2009. "Antes de actuar, hay que llenar las alforjas de razones", dijo una vez. Pero sus compañeros decidieron mantener el paro. Él dimitió entonces de unas tareas asociativas que le robaban demasiado tiempo para las jurídicas.

Del Río ha huido siempre de enfrentamientos públicos, aunque es tajante a la hora de reclamar mejores medios. Una permanente lucha ha sido la construcción de la Ciudad de la Justicia de Cádiz. Si es elegido, se irá sin haber visto ni un ladrillo. Del Río ha abierto la Audiencia a los medios de comunicación y es un buen entrevistado pese a sus respuestas comedidas.

- Juan Ruiz-Rico. Íntegro y conciliador. Así define la judicatura almeriense a Juan Ruiz-Rico, de 60 años y el más veterano de los aspirantes a la presidencia del TSJA -ingresó en la carrera en 1976-. Este magistrado granadino, también vitorino, llegó en 1983 en la Audiencia Provincial, de la que fue elegido presidente cinco años más tarde. Ruiz-Rico, se mantuvo tres lustros en ese cargo. Desde 2003 ocupa la presidencia de la Sección Segunda de la Audiencia. Los que han trabajado junto a él destacan su "alta preparación técnica y valía profesional". La distancia que, en el desempeño de su profesión, suele marcar con los medios de comunicación, contrasta con el día a día de sus relaciones laborales, en las que se caracteriza por su accesibilidad y cercanía. "Tiene un talante muy conciliador. Es una persona que suma siempre, que une", afirma un colaborador. La candidatura de Ruiz-Rico cuenta con un amplio respaldo en la justicia almeriense, ámbito en el que pocos ponen en duda sus capacidades para "encajar en cualquier sitio".

- Rafael Toledano. (Jaén, 1959) conoce con profundidad los entresijos del TSJA puesto que desde 1996 dirige el gabinete técnico de Presidencia. Este magistrado de lo contencioso administrativo es la mano derecha del todavía presidente Augusto Méndez de Lugo, y cómo él no está asociado.

Toledano ha sido ponente en los trabajos de elaboración del Libro Blanco de la Justicia y miembro de la Comisión Técnica de Implantación de la Oficina Judicial. Sin dejar de colaborar en distintas actividades de formación vinculadas también al derecho administrativo, participó en el Comité Asesor del Plan de Calidad de la Justicia realizado por la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía. Actualmente coordina, por designación del CGPJ, el proyecto de grupos de universitarios de investigación adscritos a las salas de lo Contencioso-administrativo del TSJA cuya finalidad es reducir la enorme pendencia que sufren las salas de dicha jurisdicción del alto tribunal andaluz.

Con información de Fernando J. Pérez, Pedro Espinosa, Rosabel Rodríguez y Valme Cortés.