"Perseguid vuestros sueños"

Quique Flores quería "atrevimiento". Reclamaba "alegría" en el partido más importante en la era reciente del Atlético de Madrid. El entrenador rojiblanco, que recogió a un equipo en "estado terminal" en octubre, como él mismo tantas veces ha dicho, catalizó todas esas intenciones en una final para el recuerdo. El responsable del banquillo rojiblanco se mostró emocionado, aunque contenido como es él, por el comportamiento de sus jugadores: "Lo único que les pedía es que vivieran su profesión, que se atrevieran, que fueran pacientes, que se mojaran y disfrutaran de esta final. Lo han hecho con creces".

Las continuas advertencias del técnico, que en las últimas semanas se había mostrado muy preocupado por la condición de favorito del Atlético, surtieron efecto sólo al final. "Les decía a mis jugadores que era un día para perseguir los sueños, que había que aprovecharlo", contó Quique sobre la preparación mental de la plantilla, con el ánimo templado, a pesar de las emociones vividas sobre el césped. "No he sufrido mucho", reconoció después; "se palpaba que el Fulham tenía muy mala intención, peligro, pero el equipo estaba tranquilo y era cuestión de esperar", resumió el partido.

"El Fulham tenía peligro, pero el equipo estaba tranquilo y era cuestión de esperar"

"Es difícil controlar esto. No quiero planificar. Hay que cumplir con la afición"

Del equipo inglés no le sorprendió nada. "Ya decía yo que es un equipo muy organizado, aunque entendía que la dificultad máxima del partido sería lograr el primer gol. Sin embargo, nos han empatado en seguida y ha sido una lástima porque si hubiéramos aguantado un poco más la ventaja, nos habría llevado a un registro diferente. Pero no ha sido así. Con el empate nos han dado el balón y nos han dicho: 'venid, que os esperamos'. Su decisión nos ha impedido lanzarnos al contragolpe, que es una de nuestras principales virtudes", reconoció el responsable del banquillo rojiblanco.

Mientras Quique analizaba los pormenores del partido sin resaltar a ninguno de sus jugadores, como es habitual en él, y centrarse en el bloque, la alegría desbordaba la expedición del Manzanares. Jugadores, técnicos, empleados y directivos del club y, por supuesto, los miles de aficionados del equipo. Para los empleados la alegría será doble porque recibirán una paga extra por el título.

"Esto es maravilloso y más en los tiempos que corren, con tantas familias con problemas. Somos una gota que representa al enorme mundo atlético y me alegro de que no se contengan y estén llenando las plazas de Madrid", reconoció Quique Flores con gran exquisitez la euforia.

Los atléticos no vivían un triunfo similar desde 1996, cuando el equipo alzó Liga y Copa. Cuando a Quique Flores le recordaron ayer que ese año el club no celebró el título de Copa porque la Liga estaba en el aire se mostró rotundo: "Es difícil controlar esto. No quiero planificar nada. Debemos cumplir con nuestros aficionados y seguir repartiendo felicidad". Hoy, cuando lleguen a la capital, brindarán su triunfo a la ciudad. La conquista de la Liga Europa permitirá además al club equilibrar su presupuesto de la temporada (120 millones de euros), le evita tener que disputar las rondas previas de la próxima Liga Europa y le permitirá hacer en verano la gira prevista por China.