_
_
_
_

La crisis atasca más la justicia

Las demandas por impago de deudas alcanzan las 140.000 y los pleitos por despido aumentan el 26%

La crisis económica se nota, y mucho, en los juzgados de Cataluña, que el año pasado se atascaron un poco más de lo que ya lo estaban por el aumento de pleitos por despidos laborales, impagos de hipotecas o de otras deudas, e incumplimiento de sentencias. El resultado de todo eso es que el 89% de los órganos judiciales de Cataluña están por encima de los módulos de trabajo que considera soportables el Consejo General del Poder Judicial.

Los juzgados que han notado la crisis son los de primera instancia, que tramitan pleitos civiles; los juzgados de lo social, encargados de resolver las cuestiones laborales, y los juzgados de lo mercantil, que resuelven los concursos de acreedores.

El 89% de los órganos judiciales supera la carga de trabajo razonable

Concretamente, en los juzgados de lo social de Cataluña ingresaron el año pasado 24.648 asuntos, el 35,6% más que el año pasado y casi el doble de los que entraron en 2007, cuando la crisis económica era algo desconocido. Con ser preocupante ese dato, hay otro que todavía resulta más alarmante, porque las ejecuciones por demandas por despido pasaron de 10.204 a 15.492 el año pasado. Es decir, cada vez más el empresario desoye la sentencia judicial o bien no puede hacer frente económicamente a ella. En cualquier caso, la consecuencia es que los trabajadores, después de haber sido despedidos y de tener una sentencia favorable a que se les indemnice, no siempre cobran a la primera y han de seguir pleiteando.

Otro efecto de la crisis: la reducción de ingresos en las familias se traduce en muchos casos en la imposibilidad de afrontar las deudas contraídas, sean con el banco o de otro tipo. Y eso deriva en más demandas en los juzgados de primera instancia. Las ejecuciones hipotecarias por impago de la cuota prevista fueron 18.036, cuatro veces más que las que se produjeron en 2007, cuando todavía se disfrutaba de la alegría del ladrillo y los bancos concedían hipotecas por el 100% del precio de la vivienda y hasta para amueblarla.

Eran épocas de gran consumo de todo tipo de bienes, a plazos o como fuera, y de aquellos polvos vienen estos lodos. Los procesos monitorios, que es como se llama a las reclamaciones por deudas por cantidades inferiores a 30.000 euros, alcanzaron los 141.337 casos el año pasado, el doble que en 2007.

Otra consecuencia lógica de la desaceleración económica y la menor actividad de las empresas fue el aumento de los concursos de acreedores, que antes se llamaban quiebras o suspensiones de pagos. El año pasado entraron en los juzgados de Cataluña 1.761, el 69% más que en 2008. Pero lo peor está todavía por llegar porque sólo en los juzgados de lo mercantil de Barcelona entraron el año pasado 1.182 concursos y hasta el 10 de abril de este año se contabilizaban ya 532.

La presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), María Eugenia Alegret, reclamó ayer la creación de ocho nuevos juzgados de lo mercantil en Barcelona, una actitud que contrasta con el silencio que mantuvo hace más de dos años, cuando los jueces se plantaron en público para denunciar la situación en la que se encontraban y los perjuicios que causaría a la economía un retraso en la resolución de esos concursos. Alegret dijo ayer que los juzgados de lo mercantil de Cataluña son los más productivos de toda España, los que menos vistas suspenden y los pioneros en la entrada digitalizada de documentos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_