"A ver si el señor Clemente nos ayuda"

Iker Casillas se marchó del Bernabéu en tal estado de shock que creía que todavía quedaban unas cuantas jornadas. "Esto no está terminado, en los últimos partidos puede pasar de todo", dijo. ¿Cómo que en los últimos partidos si sólo queda uno?, le hicieron notar al portero del Madrid. "¡Ah sí! ¡Es que he vivido tantas emociones hoy que ya no sé ni en qué jornada estamos", prosiguió. La jornada era la penúltima, y los blancos, con 101 goles a favor y 95 puntos siguen segundos a uno del Barcelona.

"Esperanzas quedan muy poquitas pero vamos a intentarlo... el Valladolid sabe que si gana y nosotros vencemos al Málaga se salvarán... a ver si el señor Clemente nos echa una mano, o dos", comentó Arbeloa. Lo dijo medio en broma medio en serio porque a ese comentario siguió una reflexión sobre la cruda realidad. "En el vestuario estamos conscientes de que el Barça las tiene todas de su parte, más jugando en casa donde creo que sólo han concedido un empate", aseguró el lateral del Madrid, que con la amarilla de anoche no viajará a Málaga por acumulación de tarjetas. "Pero trabajaré a tope y estaré con mis compañeros".

En los videomarcadores del Bernabéu anoche no se mostró el tiempo y los resultados de los otros campos. "Nos estábamos enterando igual de lo que pasaba en Sevilla por la reacción del público", dijo Casillas. "Fue difícil salir al campo en esas condiciones, es una sensación extraña esa de jugar sabiendo que tu trabajo depende de lo que hagan los demás. A lo mejor lo hemos visto demasiado fácil antes de tiempo, por eso nos costó al principio", analizó Granero, el más pesimista de la plantilla. "Sabemos que no dependemos de nosotros así que hay que resignarse. Estaríamos más tranquilos si dependiéramos de nosotros mismos, pero no es el caso", añadió el centrocampista.

"Queda una pequeña esperanza y a eso nos vamos a agarrar. Tenemos la obligación de ganar en Málaga", apuntó Sergio Ramos el único que durante todo el encuentro preguntaba por cómo iba el partido del Barça. "Había un murmullo constante y pensábamos que había marcado el Sevilla", confesó. El que jugó convencido de que los andaluces estaban ganando es Arbeloa. "Hemos escuchado gritos a los cuatro minutos y cuando Cristiano lanzó el penalti alguien me dijo que el Sevilla había marcado y que iba 1-0. Cuando entré al vestuario en el descanso y me enteré de que era el Barça el que estaba ganado y encima por dos goles, se me quedó una cara de tonto...", confesó el defensa. "Yo sólo pienso en que hay que seguir luchando. El Valladolid se juega la permanencia y hay que confiar en ellos. Nuestro objetivo es ganar en Málaga y alcanzar los 98 puntos y si el Barça se proclama campeón con 99 pues no quedará otra que felicitarle", matizó Sergio Ramos.

Nadie quiso hablar de Manuel Pellegrini. Nadie menos Arbeloa, que a lo largo de la temporada siempre ha hecho público su apoyo al técnico chileno. "Nosotros llevamos un año diciendo que estamos contentos con él pero no vamos a poder entrar en lo que decida el club. Sólo digo que el mister lleva 12 meses con nosotros, nos conoce a todos, sabe lo que le sobra y qué jugadores le faltan para el juego que quiere y eso es una ventaja muy grande sobre el resto", comentó el lateral internacional.