El Villarreal gana, como se esperaba
Pese a sufrir dos expulsiones, el conjunto de Garrido supera a un Valencia a medio gas
Pesó más la necesidad que el orgullo anoche en El Madrigal. El Villarreal apretó 20 minutos, los primeros, y obtuvo una cómoda ventaja que ya no peligraría ante un Valencia entregado antes de empezar. A favor de Del Bosque al dar descanso a Villa, Silva y un buen rato a Mata. Y a favor del club castellonense, con el que el Valencia quiere mantener idílicas relaciones. Garrido vio tan fácil la victoria que se permitió, pese a las expulsiones de Llorente y Capdevila, premiar con los últimos minutos a Venta y a Pirès, dos históricos que se marchan. A la espera de visitar al Zaragoza, el Villarreal sigue fuera de la Liga Europa, empatado a puntos con el Getafe, que visita al Atlético.
VILLARREAL 2 - VALENCIA 0
Villarreal: Diego López; Ángel, Godín, Gonzalo, Capdevila; Cazorla (Venta, m. 77), Bruno, Ibagaza, Cani (Senna, m. 86); Rossi (Pirès, m. 84) y Llorente. No utilizados: Xavi Oliva, Quico, Nilmar, Escudero.
Valencia: Moyà; Miguel, David Navarro, Marchena, Alba; Joaquín (Pablo, m. 75), Albelda, Ever Banega, Fernandes (Domínguez, m. 69), Vicente (Mata, m. 65); y Zigic. No utilizados: César, Alexis, Baraja.
Goles: 1-0. M. 10. Centro de Cani que remata Rossi con la izquierda. 2-0. M. 18. Llorente, de cabeza.
Árbitro: Clos Gómez. Expulsó a Llorente (m. 74) y a Capdevila (m. 82). Amonestó a Marchena, Bruno, Miguel, Albelda, Zigic y Diego López.
Unos 15.000 espectadores en El Madrigal.
Pese a los goles de Rossi y Llorente, los de Garrido siguen fuera de la Liga Europa
El Valencia tenía pintada la derrota en el rostro ya en el autobús que lo transportaba a Vila-real. Hasta Emery, siempre un manojo de nervios, se paseaba ayer sin tensión por la banda de El Madrigal. Como si tal cosa. La misma poca intensidad con la que se empleó una defensa de papel, mal cerrada en el lateral izquierdo por Jordi Alba, en cuya espalda el Villarreal fabricó sus dos goles, y peor tapada en el centro por la pareja de centrales, David Navarro y Marchena. Sólo Joaquín les llevó la contraria a sus compañeros. Fue el más punzante del Valencia: un cañito a Godín dentro del área y un pase a Zigic que desperdició el delantero serbio al esperarse media hora para rematar.
Bruno dirigió con maestría al conjunto de Garrido. El mediocentro de Artana se ha colgado los galones y ha sentado en el banquillo nada menos que a Senna. Aunque pueden jugar perfectamente juntos, Garrido castiga los altibajos físicos del hispano-brasileño con la suplencia. Y prefiere redoblar a los volantes como Ibagaza, Cazorla o Cani, que aportan más profundidad. Cani fue el autor del pase del primer gol de la noche, apenas a los 10 minutos. A su centro desde la derecha acudía a rematar al primer palo Llorente, derribado por detrás por Marchena. La pelota pasó por entre los dos y cayó a pies de Rossi, que colocó suave con su bota izquierda. El italiano miró al cielo y le dedicó el tanto a su padre, fallecido hace un par de meses en Estados Unidos. No pasaron ni 10 minutos antes de que el lateral Ángel enviara un centro combado en dirección al segundo palo. Llorente, claro, cabeceó picado. A Moyà se le escapó el balón de las manos. El meta mallorquín, eso sí, se resarció posteriormente con un par de paradas de mérito. Joaquín volvió a asustar en el inicio de la segunda parte: le cedió el gol a Fernandes, pero Diego López desvió el disparo del portugués.
El resto ya fue un trance intrascendente en el que el Villarreal dejó pasar el tiempo y el Valencia no se molestó en detenerlo.
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