Bélgica votará el 13 de junio en medio del auge secesionista

Bélgica acudirá a las urnas el próximo 13 de junio en unas elecciones anticipadas de alta tensión política porque de ellas debe salir una relación de fuerzas llamada a realizar una nueva reforma del Estado. Será la sexta reforma, complicada por la ascensión de los nacionalistas y secesionistas en Flandes.

El Gobierno de coalición salido de las elecciones de 2007 cayó el mes pasado ante la imposibilidad de los partidos de ponerse de acuerdo sobre un calendario para tratar de la conflictiva circunscripción electoral de Bruselas-Hal-Vilvorde (BHV). El área está geográficamente en Flandes, pero en ella los electores francófonos cuentan con derechos de voto y de comparecer ante la justicia en su propia lengua, algo que contraría la separación lingüística entre la neerlandófona Flandes y la francófona Valonia. Sólo la región de Bruselas Capital es oficialmente bilingüe en Bélgica.

"¡Viva Flandes Libre! ¡Muera Bélgica!", bramó ayer un diputado secesionista en la última sesión de la Cámara de Representantes, en perfecto reflejo de la atmósfera política en que se va a desarrollar la campaña. Un sondeo de esta misma semana coloca en cabeza de las intenciones de votos a los separatistas del N-VA (Nueva Alianza Flamenca), que con un 22,9% de los sufragios desplazaría de la cabeza al histórico CDV (Cristiano Demócrata y Flamenco), el partido del dimisionario primer ministro Yves Leterme.

El frente francófono de Valonia acude fragmentado a esta cita, ante la negativa de los liberales de ceder en BHV, su principal caladero de votos, frente a la aparente flexibilidad que muestran los otros partidos (socialistas, conservadores y ecologistas).