"Pierde el Lazio y pierde el fútbol"

Fue una derrota fácil, suave y casi cantada la del Lazio frente al Inter: 0-2. El equipo de José Mourinho se impuso el domingo en un partido tragicómico, con los aficionados locales animando al adversario -las dos hinchadas están hermanadas- e invitando a los suyos a dejarse ganar para perjudicar al eterno rival, el Roma, en su carrera hacia el scudetto. Cuando faltan dos jornadas, el Inter es el líder, con dos puntos de ventaja sobre el Roma. Ambos se medirán mañana en la final de la Copa italiana.

"Después de lo que hemos visto, definir nuestro campeonato como el más bello del mundo es, cuando menos, una paradoja", analizó Rosella Sensi, la presidenta del Roma; "si fuera del Inter, me daría vergüenza ganar así". El Inter neutralizó de esa forma la ventaja del Roma, que el sábado ganó en Parma por 1-2 y se colocó un punto por encima. Hoy, a dos jornadas del final, el Inter tiene 76 por los 74 del Roma.

"El público se volcó con nosotros. Eso sí fue muy extraño", admite el presidente interista

Aunque los tifosi del Roma siempre se ponen en lo peor porque creen que el optimismo gafa y esperaban ese desenlace, el dirigente Gian Paolo Montali ha expresado su estupor: "Nunca habría pensado que mis ojos verían algo así. Los más avergonzados eran los jugadores del Inter. No sólo ha perdido el Lazio. También, el deporte y nuestro fútbol". Por si fuera poco, el presidente del Lazio, Claudio Lotito, denunció ayer que había recibido amenazas de muerte. Según comentó, antes del partido le enviaron un sobre "con varios proyectiles de gran tamaño".

El Roma se está planteando la posibilidad de presentar una queja oficial, pero la proximidad de la final de la Copa, en el estadio Olímpico, parece invitar a la prudencia. El presidente del Inter, Massimo Moratti, ha respondido a Sensi: "Nosotros no tenemos nada que ver. Son problemas entre el Lazio y el Roma. ¿Avergonzado? No sé por qué. Quizá sea demasiado aprensivo, pero sufrí hasta el final". "El público estuvo volcado con nosotros y esa sí fue una situación muy extraña", admitió.

El partido se jugó en un ambiente surrealista. El estadio estaba medio vacío y el Lazio, que todavía no se ha salvado del descenso, aunque le basta con sacar dos puntos en las dos jornadas que restan, saltó al campo como si fuera a entrenarse. Sólo el portero, Muslera, pareció emplearse a fondo, pero los aficionados le pitaron en cada intervención.

Era el encuentro decisivo para el scudetto porque los dos partidos que quedan son, en principio, fáciles para el Inter. En ambientes locales se justifica la actitud del Lazio con la eterna rivalidad romana. Y se recuerda el gesto antideportivo que Francesco Totti realizó al final del derby de hace dos semanas. El Roma ganó por 1-2 y Totti enseñó reiteradamente los pulgares hacia abajo deseando al Lazio el descenso.

Algunos políticos italianos se sumaron ayer a la polémica. Maurizio Gasparri, jefe del grupo parlamentario del Pueblo de la Libertad y romanista, dijo que el Inter y el Lazio "han escrito una página vergonzosa" y pidió a la federación que investigue lo ocurrido. Su colega de partido Daniele Capezzone afirmó: "Ha sido una verdadera farsa".