Más peso, más músculo
Pedrosa trabaja con el ex preparador de Hamilton para controlar mejor una moto inestable
Es viernes en el circuito de Jerez. Dani Pedrosa regresa al taller con su moto tras una serie de vueltas. La deja en manos de uno de sus mecánicos y se adentra en el garaje. Le aguarda su silla, esa en la que se sienta y desde la que, sin quitarse el casco, explica sus sensaciones sobre la Honda. Por su airada reacción, no parece que sean mucho mejores que en Qatar. Allí acabó séptimo y rubricó un primer gran premio del Campeonato del Mundo para olvidar. "Todo el puto fin de semana para esta mierda", explotó el sábado.
El español se queja de la falta de estabilidad de su moto. No puede controlarla. No lo pudo hacer en Qatar y, de momento, tampoco lo ha conseguido en Jerez. Tiene problemas en las frenadas y al salir de las curvas. Ayer probó un chasis nuevo, más rígido, que había exigido a Honda para tratar de ganar estabilidad: "La moto debe moverse menos porque no puedo llevarla por donde quiero".
En los ensayos libres de Jerez, el español sigue contrariado con su Honda
Tras los primeros ensayos, no había conseguido borrar el gesto de decepción que le acompaña últimamente: "Yo no estoy contento ni con mi moto ni con el resultado. No sé si por culpa de la pista o de la moto, pero no he tenido agarre. No me he sentido a gusto". Pedrosa explicó que las sensaciones con el nuevo chasis fueron sólo ligeramente mejores a las que había tenido con el anterior. "Ha ido mejor que en Qatar, pero la moto aún no es perfecta", reconoce Kazuhiko Yamano, jefe del equipo de HRC. Hoy probarán más cambios.
Nadie acaba de entender qué le ocurre a la Honda de Pedrosa. Entre otras razones, porque su compañero, Andrea Dovizioso, que en Qatar fue tercero, no parece tener tantos problemas, aunque ayer no rodara bien. Pedrosa, en cambio, se adjudicó el cuarto mejor tiempo, a menos de medio segundo de Casey Stoner, que fue el más rápido. Pero eso no le basta: "No me consuela. No es a lo que aspiro".
Sentado en otra mesa de la carpa, en un segundo plano y dándole a las teclas de un ordenador portátil, observaba la conferencia de prensa su nuevo preparador, Adam Constanzo, que ha remodelado el cuerpo del catalán durante el invierno y le ha hecho ganar tres kilos de músculo (ahora pesa 56 kilos) gracias a un nuevo programa físico y alimenticio. El objetivo es que Pedrosa, tan ligero como sus 160 centímetros de estatura le permiten, haga valer más su cuerpo sobre la moto. Nada más terminar su cita con la prensa, el barcelonés se dirigió hacia Adam y este le acercó un sandwich de pan de molde que cogió de mala gana. "Ahora como más, pero mi estómago es pequeño y no me gusta tener que comer por obligación", reconoce Pedrosa, que comenta que su dieta está ahora más controlada, aunque no se le prohíbe comer prácticamente de nada.
"Físicamente, estoy muy bien. Este invierno me he entrenado de forma un poco distinta, más en el gimnasio y menos con la bicicleta, aunque es verdad que no me gusta tanto", tercia el tricampeón del mundo. Basta con echarle un vistazo rápido para darse cuenta de que está más fuerte, justo lo que querían conseguir Constanzo y Aki Hintsa, su socio. Ambos se encargaron de preparar el cuerpo de Lewis Hamilton para su asalto al Mundial de fórmula 1, en 2007, además de coordinar durante las tres últimas temporadas el departamento médico y fisioterapéutico de McLaren. "Este tío es buenísimo", certifica Pedro Martínez de la Rosa, que coincidió con Constanzo en la escudería británica. Él le exige más gimnasio y más peso. Ahora le toca a Honda centrarse en la moto.
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