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La catedral del mar se lava la cara

Santa Maria del Mar recupera la vivienda del campanero

La piedra arenisca de Montjuïc reluce con una blancura sorpresiva, casi como si no hubieran pasado 600 años desde que la trasladaron allí estibadores como el que protagoniza La catedral del mar, la famosa novela de Ildefonso Falcones ambientada en Santa Maria del Mar. La restauración de la fachada principal y de los dos campanarios, que se presentó ayer, acaba de finalizar estos días, tras una intervención de limpieza y restitución de elementos dañados iniciada en julio del año pasado que ha tenido un coste de 670.780 euros, asumido a partes iguales por el Departamento de Cultura de la Generalitat y el arzobispado de Barcelona. Las dos instituciones invertirán hasta 2014 unos 3,3 millones de euros para continuar la restauración en otras zonas del templo.

Los trabajos de restauración de Santa Maria del Mar, que dirige el arquitecto Enric Solsona, se han centrado en esta fase en la limpieza exterior e interior de la fachada y de los campanarios para eliminar los rastros de vegetación; la consolidación de los sillares, que en los casos de especial deterioro se han renovado por otros similares, y la renovación a mano, tal como se hacía en la época, del mortero de cal y arena, que se ha coloreado ligeramente para evitar el choque visual que provoca ver estas juntas nuevas en contraste con el habitual aspecto envejecido del resto de las fachadas.

La intervención más interesante se ha centrado en el interior de las dos torres del campanario. Ahí se han eliminado los añadidos posteriores que impedían ver el interior del cilindro alrededor del cual se organiza la escalera helicoidal -que inspiró a Gaudí para sus dos torres en la Sagrada Familia- y se han restaurado por completo las ménsulas escultóricas que decoraban el interior de la parte superior de las torres. También en esta fase se ha reconstruido la casa del campanero, situada entre dos contrafuertes en una terraza superior. El limitado habitáculo fue durante siglos la vivienda de los quasimodos que controlaban, con permiso de las palomas, el cielo y los sonidos del barrio de la Ribera.

En septiembre comenzará una nueva fase de restauración centrada en los elementos inestables de una de las fachadas laterales. Coincidirá casi con la intervención en los coros del ábside, aún afectados por el incendio que sufrió en la Guerra Civil.

El campanario de Santa Maria del Mar, restaurado.
El campanario de Santa Maria del Mar, restaurado.JOAN SÁNCHEZ

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