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Elecciones en Reino Unido

Tres maneras muy distintas de votar

Cada uno de los tres grandes partidos propone un sistema electoral diferente. Pero hay un amplio consenso en rechazar un sistema como el español, con grandes circunscripciones con muchos diputados y listas cerradas de candidatos.

- Lo que quiere Cameron. Los conservadores quieren mantener el actual sistema, llamado el primero que llega, gana. Cada circunscripción tiene un solo diputado y se lleva el escaño el candidato con más votos, aunque no logre la mayoría absoluta. El sistema es ideal cuando hay sólo dos grandes partidos porque facilita las mayorías absolutas, pero cuando hay tres grandes partidos el reparto de escaños no se corresponde con el porcentaje de votos logrado. Los laboristas son los más beneficiados y los liberales los más perjudicados, pero los tories quieren mantenerlo porque las alternativas son peores para ellos.

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- Lo que quiere Brown. Los laboristas en realidad están cómodos con el actual sistema, pero han aceptado reformarlo para facilitar un acuerdo de Gobierno con los liberales. Proponen el voto alternativo, que es igual que el sistema actual pero los votantes ponen en orden de preferencia los candidatos que prefieren, de manera que se siguen contando las segundas y sucesivas preferencias hasta que uno de ellos obtiene la mayoría absoluta. Los tories lo rechazan porque creen que los votantes laboristas y liberales tenderán a ayudarse unos a otros.

- Lo que quiere Clegg. Los liberales-demócratas quieren el sistema que se utiliza en Irlanda y en las elecciones locales y regionales de Irlanda del Norte, el voto único transferible. Aunque hay varias fórmulas de recuento, se vota igual que en el llamado voto alternativo, pero la diferencia clave es que las circunscripciones son de entre tres y cinco diputados, lo que introduce un factor de proporcionalidad en el reparto final de escaños. Rompe la relación directa entre un diputado y su circunscripción, pero mantiene el principio sagrado para los tres partidos de que los votantes eligen directamente al diputado que prefieren. Con este sistema, sólo un 20% de los votantes no ven elegido a su candidato preferido, frente al 52% de votos perdedores de el primero que llega, gana.

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