La guerra del agua condiciona las expectativas de PSOE y PP
Castilla-La Mancha vota hoy la retirada de su Estatuto
El fracaso de la reforma del Estatuto de Castilla-La Mancha va a precipitar el adelanto de la campaña electoral para José María Barreda (PSOE) y María Dolores de Cospedal (PP). Ambos competirán por la presidencia de la comunidad en mayo del próximo año y, en su confrontación, los dos partidos se juegan el primer asalto de las generales de 2012, en uno de los feudos socialistas más estables. Para eso Mariano Rajoy apostó para número dos del PP por la líder regional y Zapatero puede medir si la crisis le pasa una factura elevada. Cospedal y Barreda ya no tienen que darse la tregua obligada que hubiera seguido a la aprobación del nuevo estatuto con los votos de los dos partidos en el Congreso.
Las Cortes autonómicas aprobarán hoy la retirada del texto, a instancias de Barreda, y la no aprobación va a ser el elemento central de la campaña. Barreda, con apoyo total de la ejecutiva federal del PSOE, repetirá hasta la saciedad que su adversaria votó un estatuto ambicioso en todos los terrenos, pero sobre todo en el agua, causa final de la ruptura, que no ha podido mantener. Repetirán que Ramón Luis Valcárcel, presidente de Murcia, del PP, ha logrado sus objetivos, imponiéndose a su secretaria general.
De Toledo salió un texto en el que el trasvase del Tajo al Segura tocaría a su fin en 2015. Después de meses de oposición intensa de los socialistas de Valencia y Murcia y con objeciones de la ejecutiva federal, los socialistas negociaron con Barreda hasta la extenuación para que rebajara sus expectativas. Los dirigentes valencianos y murcianos del PSOE seguían sin estar de acuerdo, pero la dirección del PSOE, con la intervención decisiva de la Secretaría de Organización, Leire Pajín, y del responsable de Política Autonómica, Gaspar Zarrías, zanjaron el asunto una vez que Barreda accedió a rebajar el establecimiento de una reserva hídrica de 6.500 hectómetros cúbicos a 4.000. La oferta del PP, presentada minutos antes de que se votara el texto de la ponencia, no mencionaba la creación de esa reserva sino que se limitaba a informar de que el gobierno de la región situaba en 4.500 hectómetros cúbicos las necesidades de agua de la región. Por eso, "por todos los pueblos de Castilla-La Mancha", el PSOE denunciará al PP, en general, y a Cospedal, muy singularmente, por haber cedido ante Murcia.
Está en juego el discurso del PP que pretende unificar sus posiciones en todas las comunidades. Porque en el Estatuto de Aragón, el PP condicionó su apoyo a que se incluyera una reserva estratégica de más de 6.000 hectómetros cúbicos. Y aceptó que en otros se hablara de agua. Hoy mismo, el decano de los barones del PP, el riojano Pedro Sanz, presentará en el Tribual Constitucional el recurso contra el blindaje del concierto vasco que apoya Antonio Basagoiti en Euskadi. El PSOE de La Rioja apoya el recurso en contra de la dirección federal. La campaña será durísima y en el PP son conscientes de la dificultad de defenderse, cuando nadie tiene duda de la intervención directa y constante del presidente de Murcia para que el estatuto no cortara ni una gota de agua del trasvase. La presencia de Ramón Luis Valcárcel en el Congreso, el día en el que la Comisión Constitucional tenía que dictaminar el texto, sirvió a los socialistas para denunciar "la exhibición del que manda", como repitieron sin cesar. Desde el PP se trató de explicar que, a pesar de todo, habían podido encontrar el acuerdo con Valcárcel en el último momento, consistente en definir las necesidades de agua de la región. Pero sin crear ninguna reserva, ni siquiera en el preámbulo, como propuso Barreda.
El Congreso seguirá ahora el trámite del estatuto de Extremadura, atascado por el manchego.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.