El Valencia se hace fuerte en Mestalla

Con más cantidad que calidad, el Valencia ofreció un gran caudal ofensivo al que le faltó precisión para abrir brecha ante un Deportivo sin respuestas. El Valencia ha sacado la calculadora y ha decidido ahorrar esfuerzos. Se vacía en casa, donde ha conseguido ocho victorias y un empate de los últimos nueve, y se deja llevar fuera, aunque eso lo convierta en el peor a domicilio de la segunda vuelta. Con eso, el conjunto de Emery estará en la próxima Liga de Campeones. Y con eso, según la promesa de su presidente, el técnico vasco conseguirá su renovación en Mestalla.

Los porteros estudian los lanzamientos de penalti de los rivales. Con Villa pierden el tiempo. Aranzubia se estiró a su derecha y El Guaje, con el interior del pie, se lo envió al otro lado, en su 21º tanto del torneo, el tercero de penalti. Nadie sabe cómo tira Villa las penas máximas. Cada una es distinta a la anterior. Y la de ayer sirvió para concretar la superioridad valencianista ante un Deportivo que sólo se defendió.

Atento a la inquina de Mestalla tras la pobre imagen en el Bernabéu, Emery prometió en la previa que iba a ser ambicioso en estas últimas cinco jornadas. Y ayer lo fue. Dos laterales -Pablo y Jordi Alba-, que en realidad son dos extremos, volcaron el juego del Valencia en el campo de un Deportivo muy hundido en su parcela. Tanta gente apretujó el cuadro gallego en la corona del área que el disparo de Vicente con la derecha golpeó en el brazo de Zé Castro, en el penalti que abriría y mataría el encuentro.

Pese al atasco que Lotina trató de fomentar en el centro del campo, Albelda y Banega se sintieron los dueños del balón, aprovechando que había salida por la izquierda con Vicente y Jordi Alba, por la derecha con Joaquín y Pablo, y por todo el frente de ataque con Silva y Villa. Ambición, desde luego, no le faltó al conjunto de Emery.

El Valencia quiso resolver rápido y el disparo de Villa tras la media vuelta al recibir un pase de Banega lo rechazó Aranzubia. El conjunto de Emery presionó y robó el balón en campo contrario con mucha facilidad. Silva recibió la quinta tarjeta amarilla y no pareció importarle demasiado: se perderá el próximo encuentro en Cornellà ante el Espanyol. Pablo Hernández no sólo cumplió como lateral derecho, sino que activó el ataque por la derecha y favoreció la participación de Joaquín. La lesión muscular de Albelda propició la entrada de Baraja, expulsado en el último minuto ante la sorpresa general. "¡Qué mierda de tarjeta me sacas!", le dijo al árbitro según recogió en el acta.