Un plazo estricto
La sutileza por la que Luciano Varela ha expulsado a Falange del proceso contra Baltasar Garzón tiene que ver con la interpretación del vencimiento de un plazo.
El juez del Supremo había dado el plazo de "una audiencia", lo que habitualmente se interpreta como un día.
Los procuradores y los oficiales de los juzgados entienden que de acuerdo con el artículo 135 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, la presentación de escritos sujetos a plazos, "podrá efectuarse hasta las 15 horas del día hábil siguiente al del vencimiento del plazo en la secretaría del tribunal" o en el registro.
Sin embargo, Varela interpretó que una audiencia quiere decir 24 horas y que el plazo para la presentación del escrito de Falange, ya subsanado, concluía a las doce de la noche.
Fuentes de las asociaciones de memoria histórica consideran que la decisión de Varela es una maniobra "muy conveniente" para seguir con el proceso pero para quitarse de en medio a la acusación que más problemas le causa desde los observatorios internacionales.
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