"Soy madre de mis filmes"
Julio Medem recibe el premio del Festival de Cine de Málaga por su carrera
La fragilidad de un creador se hizo ayer evidente en el cuerpo de Julio Medem. Al acabar su encuentro con la prensa por la tarde confesó: "Espero que Habitación en Roma sea la sorpresa buena que necesito". Y añadió: "A pesar de lo que parezca, no estoy tan seguro de las cosas". Después llegó el baño de masas obligado de este festival de cine que es Málaga, y la entrega por la noche del premio por su carrera en una gala en la que le arroparon actores y productores de sus películas.
Pero antes... Antes Medem vivió nervioso su parto cinematográfico. Por la mañana no salió de su habitación del hotel, anulando sus entrevistas, porque para este donostiarra de 51 años, "cada película es una hija". "Soy madre de mis filmes. Los llevo dentro, vivo su embarazo y los paro. Cada padre es distinto; pero la madre soy siempre yo".
El realizador donostiarra presenta 'Habitación en Roma'
La sección oficial se cerró con 'Circuit' y 'Una hora más en Canarias'
Y aún le duele lo sufrido los días antes del estreno en el certamen de San Sebastián de La pelota vasca, "el momento más difícil de mi carrera, aunque creo que me he recuperado bien", o los ataques a su hasta ahora última película, Caótica Ana. "Cuando acabo una película siempre me gusta muchísimo, porque doy lo máximo de mí en cada una. A Caótica Ana la llevo más cerca porque me provoca más protección". Y Medem remata su habla reposada, entrecortada por el mecanismo mental de la búsqueda de una palabra más incisiva y precisa, con una sonrisa maternal.
Una vigilancia especial que probablemente no necesitará Habitación en Roma. Antes de que llegue a las salas comerciales el 7 de mayo, este huracán amoroso ha tenido su premiere mundial en Málaga. Rodada en inglés, transcurre durante la noche en la que arranca el verano a orillas del Tíber, en un hotel romano en el que se encierran las pocas horas que faltan hasta el amanecer dos mujeres que mienten, se sinceran y se aman.
Elena Anaya y la debutante Natasha Yarovenko aparecen desnudas casi todo el metraje, tanto física como interpretativamente: no hay trucos, sólo dos actrices frente a frente rodeadas de siglos de historia, reflejados en los cuadros y la decoración de la habitación del hotel, y sumergidas en un juego de mentiras iniciales y confesiones posteriores, de mezclas de idiomas (entre ellas charlan en inglés, aunque hay frases en español, ruso y un camarero italiano) y de juegos de palabras.
"En el filme original, En la cama, del chileno Matías Bize, eran un hombre y una mujer. Acepté el encargo poniendo a dos mujeres en ese enamoramiento. Las confidencias son distintas si son femeninas, pero la energía que desprende esa mutua atracción está por encima de géneros", comenta su director.
Horas antes, la sección oficial se había cerrado con Circuit, de Xavier Ribera-Perpiñá, y Una hora más en Canarias, de David Serrano. Si la primera provocó indolencia en el patio de butacas, la segunda fue coreada con risas, con su enredo sentimental con aroma retro.
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