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Reportaje:

La evolución y el 'gen' de las teclas

Una exposición presenta la máquina de escribir como especie tecnológica

Rubén, 22 años, sentado ante una máquina de escribir convencional, duda con un folio en la mano: no sabe cómo colocarlo en el carro; presiona las teclas tan suavemente que no logra escribir ni una letra y la barra espaciadora para pasar línea ni se la esperaba. Él pertenece a la generación de los ordenadores. ¿Pero, un ordenador es una máquina de escribir evolucionada o se trata de algo completamente diferente? La pregunta planea por la exposición que Rubén, con sus compañeros de la Facultad de Farmacia de Madrid, visitó ayer en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (MUNCYT). Con el título Qwerty, evolución de una especie tecnológica, la muestra está dedicada a la máquina de escribir como homenaje a la teoría de Darwin.

No, no es un malentendido. Es una sugerente y provocadora idea de Ramón Núñez, director del MUNCYT, para esta exposición, inaugurada ayer, en la que la tecnología utiliza a la biología para explicarse y viceversa. "Hace años, el paleontólogo José Luis Sanz me dijo que los dinosaurios no se extinguieron, que evolucionaron y que siguen entre nosotros en forma de pájaro", explica Núñez, y aquel razonamiento fue el germen de muestra. ¿No será una blackberry o un iphone a la máquina de escribir lo que el gorrión al dinosaurio?

La chispa de la exposición es el teclado, la rara disposición de las letras de las máquinas de escribir que los ordenadores han conservado, "como un gen de las primeras que han heredado los segundos", propone Núñez.

En la fila de arriba de los teclados, a la izquierda, están las letras qwerty (por este orden), que no son las más utilizadas; y la a se pulsa con el dedo meñique de la mano izquierda, apunta Alfredo Baratas, comisario de la exposición. ¿Por qué? Esta disposición tan poco ergonómica viene de las viejas máquinas de escribir y se diseñó para que la escritura fuera pausada en aquellos ingenios mecánicos evitando que se engancharan las varillas de los tipos de impresión, explica Antonio González Bueno, el otro comisario. Las varillas han desaparecido en los ordenadores, pero qwerty ha permanecido. Las especies cambian, evolucionan, y en la exposición las máquinas se presentan asociadas, por ejemplo, a la pata de una jirafa o al cráneo de un delfín. "A lo mejor hay tecnodiversidad, como hay biodiversidad", dice Núñez.

La exposición presenta medio centenar de piezas de distintas épocas, incluidas las famosas Remington y Underwood, las máquinas portátiles, una esfera de escribir de 1864, una Sholes & Glidden con pedal heredado de las máquinas de coser, una IBM eléctrica de 1970 y una máquina de cifrado Enigma de los espías. Proceden de la colección del MUNCYT y del Museo de la Técnica de l'Empordá. "Lo que me llama la atención es lo bonitas que son, como instrumentos musicales, y esta plasticidad se tiene tan en cuenta en la exposición como su contenido", dice Juan Pablo Rodríguez Frade, diseñador de la muestra.

QWERTY, evolución de una especie tecnológica. Museo de Ciencia y Tecnología. De martes a sábado, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 18.00; domingos y festivos, de 10.00 a 14.30. Gratis.

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Ramón Núñez, en primer término, director del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, escribe con una de las máquinas de la muestra.
Ramón Núñez, en primer término, director del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, escribe con una de las máquinas de la muestra.CARLOS ROSILLO

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