Las cajas abren las negociaciones discutiendo sobre el reparto de poder
Caixanova insiste en acaparar los puestos clave de la entidad fusionada
La "reunión para analizar la posibilidad de desarrollar un proyecto común" de las dos cajas gallegas comenzó ayer con unos planteamientos de partida muy alejados entre sí. El único acuerdo alcanzado fue el de someter las conversaciones a un pacto de silencio. Caixanova, cuyo equipo compareció al mando de José Luis Pego, su director general, aspira a controlar el 70% de los órganos de gobierno de la futura caja única y reclama su presidencia y su dirección general, unas condiciones que Caixa Galicia considera pesarosas para el objetivo final que se persigue.
Las negociaciones estarán nucleadas por dos comisiones: una, encargada de evaluar los aspectos técnicos (cantidad de recursos públicos necesarios para hacer viable la operación, cierre de oficinas y la venta de red y de participaciones industriales) y, la otra, para diseñar el protocolo de fusión, que tendrá que ser aprobado por los consejos de administración de ambas entidades y elevado después al Banco de España.
Feijóo afirma que la fusión será paritaria "en el minuto uno o en el 40"
Caixanova promete mantener todos sus puestos de trabajo, según Caballero
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se felicitó ayer por el proceso iniciado y se mostró convencido de que la fusión será "equilibrada" y "paritaria", aunque su volumen de activos sea ostensiblemente distinto. Pero será paritaria, según Feijóo, "porque los órganos de representación de los impositores irán en función de los depósitos de los ayuntamientos".
Cosa muy distinta entiende el alcalde de Vigo, Abel Caballero, quien sigue hablando de "absorción" de Caixa Galicia por parte de Caixanova. Ésta garantiza, según Caballero, la continuidad de todos los puestos de trabajo que tiene ahora, tanto si se produce la fusión como si la caja de Vigo sigue en solitario.
El difícil arranque de las negociaciones para abordar la fusión entre Caixa Galicia y Caixanova tuvo ayer un primer cara a cara, en el que sus principales ejecutivos hicieron explícitos unos planteamientos de partida muy alejados entre sí y acordaron un pacto de silencio en torno a las conversaciones que mantendrán en próximos días. Oficialmente ambas entidades se limitaron a difundir el mismo comunicado, en el que redujeron el encuentro a "una reunión para analizar la posibilidad de desarrollar un proyecto común", siguiendo la terminología empleada en el escrito por el que se comprometían a avanzar hacia su fusión, firmado hace dos semanas por Julio Fernández Gayoso y José Luis Méndez.
Tanto Caixa Galicia como Caixanova hicieron constar que el encuentro que da el pistoletazo de salida a las negociaciones "se celebró en un clima de cordialidad y positiva participación de las partes". Ambas acordaron "continuar el proceso en los próximos días". Los equipos negociadores mantuvieron en Santiago una cita, que se prolongó durante varias horas, marcada por las condiciones de arranque de Caixanova, expuestas incluso por escrito en las semanas previas al inicio de las negociaciones. De acuerdo con ese planteamiento, que se mantiene invariable en el inicio formal del proceso, la entidad presidida por Julio Fernández Gayoso aspira a controlar el 70% de los órganos de gobierno de la futura caja única, al tiempo que reclama la presidencia y la dirección general.
El equipo de Caixa Galicia llegó al encuentro después de haber transmitido en los días previos su pesar por las difíciles condiciones exigidas por Caixanova. Sobre este escenario de arranque, ambas entidades evaluaron y establecieron un calendario de conversaciones, la configuración de los equipos de trabajo y las pautas que seguirán, con la premisa de nuclear las negociaciones en torno a dos comisiones. Por un lado, la encargada de evaluar los aspectos técnicos, como la cantidad de recursos públicos necesarios para hacer viable la operación, el cierre de oficinas y la venta de red y de participaciones industriales. De otro, un grupo que se responsabilizará de diseñar el protocolo de fusión, el acuerdo que da forma a la futura caja única y que tendrá que ser aprobado por los consejos de administración de ambas entidades y elevado después al Banco de España.
La Xunta se felicitó ayer, una vez más, por el inicio oficial del proceso, en esta ocasión a través del conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, quien desde Valladolid trazó similitudes entre la integración de las cajas gallegas y la de Caja España y Caja Duero, un accidentado proceso que se truncó el pasado mes de diciembre, precisamente por el reparto de poder entre ambas entidades, y que ahora se ha retomado. El presidente de la Xunta también aludió ayer a los equilibrios necesarios para llevar a buen puerto las negociaciones. En una entrevista en TVG, Feijóo se mostró convencido de que la fusión será "equilibrada" y también "paritaria", aunque sea "en el minuto uno o en el 40", matizó "¿Por qué no?", inquirió. Sin embargo, el titular del Ejecutivo autónomo no ve esa paridad en el peso actual de ambas entidades en función de su volumen de activos. De acuerdo con su planteamiento, será paritaria "porque los órganos de representación de los impositores irán en función de los depósitos de los ayuntamientos".
Desde Vigo, el alcalde Abel Caballero volvió sobre lo mismo al asegurar que Caixanova garantiza en la negociación "todos los puestos de trabajo" que tiene en la actualidad, tanto si "absorbe" a Caixa Galicia como si continúa su andadura en solitario. A su juicio, la reunión de ayer sirvió para "poner números, datos y fechas a la posibilidad de absorción de Caixa Galicia por Caixanova".
El protagonismo de la Xunta, que se mantiene al margen de las conversaciones, fue exigido por el portavoz nacional del BNG, Guillerme Vázquez, quien advirtió que el Gobierno gallego tiene que tutelar el proceso ahora iniciado "porque eso es lo que la sociedad gallega aguarda".
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