Tiempo de bonanza
Inoperante durante una hora, el Sevilla se impone a un Málaga que se quedó sin aire
Ha cambiado la dinámica en el Sevilla. La conquista de una plaza en la Liga de Campeones exige sortear obstáculos como los de ganar un partido admirablemente planteado por el Málaga, y después de ir en desventaja en el marcador. Sin la frescura y la velocidad de otras épocas, el Sevilla salió victorioso de La Rosaleda gracias a media hora de buen juego y, sobre todo, una paciencia sustentada en la creencia de que el método escogido era el más adecuado para lograr el triunfo.
Una fe en las propias posibilidades que resultó alimentada por dos factores importantes, como fueron el colosal error del meta Munúa en el empate y la aportación de dos jugadores, Cala y Lolo, muy alejados de los focos de la atención mediática. Meritorio el partido del primero, un central reconvertido a lateral que anuló a Duda y marcó el tanto de la igualada, y entero el del segundo, al que Antonio Álvarez ha sacado del ostracismo. Nadie está de más nunca en un equipo de fútbol.
MÁLAGA 1- SEVILLA 2
Málaga: Munúa; Gámez, Orozco, Iván González, Manu Torres; Toribio, Juanito; Fernando (Luque, m. 76), Baha, Duda; y Caicedo (Obinna, m. 54). No utilizados: Arnau; Javi López, Valdo, Benachour y Edu Ramos.
Sevilla: Palop; Cala, Dragutinovic, Escudé, Fernando Navarro; Jesús Navas (José Carlos, m. 90), Lolo, Renato (Romaric, m. 83), Diego Capel; Luis Fabiano y Kanouté (Negredo, m. 77). No utilizados: Javi Varas; Squillaci, Luis Alberto y Carreño.
Goles: 1-0. M. 16. Caicedo. 1-1. M. 66. Cala. 1-2. M. 84. Lolo.
Árbitro: Estrada Fernández. Amonestó a Juanito, Orozco, Cala, Escudé, Toribio, Fernando Navarro y Romaric.
Unos 25.000 espectadores en La Rosaleda. La tarjeta a Escudé acarrea suspensión.
La remontada del Sevilla en la última media hora de partido se antojaba impensable después del ingente esfuerzo realizado por el Málaga. Su técnico, Juan Ramón López Muñiz, ejecutó un planteamiento soberbio, que acogotó a un Sevilla plano, ingenuo además al conceder un gol en un inusual error de Palop.
No se puede presionar más y mejor a un equipo sin el talento suficiente para crear fútbol en su centro del campo cuando Navas y Capel sucumben a marcajes dobles. Entre el atosigamiento del Málaga y la carencia de ideas del Sevilla, el encuentro resultaba un auténtico bodrio. Justo hasta la hora de partido.
Entonces, el Málaga se quedó sin resuello y los jugadores del Sevilla dispusieron de un segundo más para pensar. Munúa se encargó de facilitar el camino a un rival que acertó a combinar para encontrar en un remate de Lolo el triunfo que certifica el tiempo de bonanza de un Sevilla que ganó con Luis Fabiano y Kanouté casi de vacaciones. Gracias a Cala y Lolo, secundarios de lujo.
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