Duelo siciliano en el PP de Xàbia
Moragues y Crisóstomo se enfrentan hoy en una tensa asamblea interna
Amenazas de muerte, denuncias ante la Guardia Civil, detenidos... Con este telón de fondo de ribetes sicilianos, los militantes del PP de Xàbia eligen hoy en asamblea a su líder de los próximos años entre el actual presidente, el campista Juan Moragues, y el ripollista Juan Crisóstomo. Y lo harán en un clima muy tenso después de que Moragues denunciara al sobrino del propio Crisóstomo, José Luis Cardona y a otro militante del PP, Antonio Llidó, por amenazarle de muerte para que desistiera de presentarse a la relección.
En la denuncia Moragues asegura que Cardona le dijo: "Eres un hijo de puta que llevas veinte años de concejal y ya te has hecho rico, así que déjanos a nosotros ahora ganar dinero, que ahora le toca a mi tío ser el presidente y a mi primo [refiriéndose a otro militante del PP] el alcalde". Por si fuera poco, el sector de Moragues denunció ayer que la lista de Crisóstomo contiene cinco personas no afiliadas al PP. El comité electoral analiza si va a impugnar esta lista.
Los dos candidatos tienen un pasado polémico y muy buenas relaciones
Los que más conocen a Moragues dicen que nació para ser alcalde de su pueblo. Y lo fue entre 1991 y 2005, durante 12 años en dos periodos diferentes, como líder del PP y también al frente de un nuevo partido, Ciudadanos por Xàbia, que fundó cuando se enfrentó al actual Síndic de Greuges, José Cholbi, su padrino en la sombra, con el que volvió a hacer las paces en 2003 regresando al PP. Moragues es astuto para hacer y deshacer alianzas: desde hace meses es el principal socio de gobierno del actual alcalde, el nacionalista Eduardo Monfort, su gran enemigo en las urnas durante dos décadas. Así que Moragues, como casi siempre, continúa en el poder. Ha compaginado su cargo público con su actividad como promotor hasta el punto de que su mercantil, Moragues Pons, realizó PAIs mientras él era alcalde. Más "moraguista" que "campista", ha logrado ahora unir a varias familias de la derecha para hacer frente a la amenaza que supone el desembarco del ripollismo en Xàbia, con la promesa de que si es presidente no será alcalde.
Y Juan Crisóstomo, más conocido como Pachanca, desarrolló una polémica cartera de negocios sobre todo en el sector sanitario gracias al PP. Fue diez años presidente de la Cruz Roja, entidad que abandonó después de que una auditoría detectara irregularidades contables y desvíos de dinero. Después participó en la constitución de la asociación Amigos Europeos de Jávea, dedicada al transporte sanitario, y explotada por SOS Xàbia Ambulancias SL, pero que sólo vende y alquila automóviles y embarcaciones. Amigos Europeos firmó suculentos acuerdos con el Ayuntamiento para prestar asistencia sanitaria como el de 2005, negociado con las ediles del PP Ana Vasbinder y Pepa Fuster y que supuso un negocio redondo para la empresa, que no sólo se embolsó los 72.000 euros anuales contemplados en el convenio sino otros 78.000 euros por horas extras.
La asociación imparte cursos de socorrismo a pesar de que no estar homologada para esta actividad por la Generalitat aunque no es obstáculo para gestionar la piscina municipal de Benitatxell. Crisóstomo es, además, administrador único de una firma de seguros con la misma sede social que Amigos Europeos. Sus buenas relaciones empresariales y familiares lo han convertido en el líder del sector del PP de Xàbia que aspira a acabar con la eterna hegemonía de Moragues. Y los ripollistas alicantinos quieren conquistar una plaza hasta ahora reservada a la gente de Camps. Algunos dirigentes del PP de Alicante han intentado paliar los catastróficos efectos de la participación de su sobrino en las amenazas a su rival campista asegurando que todo es un montaje de este último. El duelo está servido.
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