El plan de Mercedes
Como es lógico, el regreso de Michael Schumacher a la fórmula 1 ha generado mucho revuelo, casi tanto como los discretos resultados que ha conseguido el alemán en las tres primeras carreras del año, en las que siempre ha sido superado por Nico Rosberg, su compañero en el equipo Mercedes. Por lo que conozco a Michael, creo que aún está en ese punto en el que prefiere no asumir demasiados riesgos. En Sepang le salió todo mal y tuvo que abandonar porque un mecánico no atornilló bien una de las ruedas de su coche, pero es evidente que eso no es culpa del piloto. Además, el sábado, a pesar de clasificarse para la última tanda clasificatoria, se equivocó en la toma de decisiones, tardó demasiado en colocar los neumáticos intermedios y no los pudo exprimir al máximo. Ese es un error poco habitual en él, una persona extremadamente fría y analítica, pero tampoco hay que alarmarse en exceso. Tanto Mercedes como él han elaborado un plan y se han dado un margen de tres años para conseguir su objetivo, que no es otro que conquistar el título. Schumacher no dejará de trabajar para ello, aunque también debo reconocer que, de entrada, esperaba que el rendimiento de su coche fuera algo mejor.
Es evidente que, hoy por hoy, el Mercedes no está a la altura del Red Bull, ni del Ferrari ni tampoco del McLaren. Aunque en Sepang realizó un arranque bastante bueno, Rosberg no pudo inquietar en ningún momento a Vettel y Webber, que siempre circularon por delante. Tanto Michael como él deberían pelear, como mucho, por la sexta o la séptima plaza y por eso hay que dar tanta importancia al podio que Nico cosechó en Malaisia. Sólo tiene 24 años, lleva cinco en el Mundial y ahora le falta aprender a ganar. Éramos muchos los que pensábamos que tenía un gran potencial y que su mayor problema era no conducir un monoplaza competitivo. Aún no lo tiene, pero estoy convencido de que dispondrá de él antes de que termine este año. Para ello falta que Mercedes apriete un poco más y fuerce la máquina, pero a la vez es importante remarcar que esta escudería ha sufrido muchos cambios en los últimos tres cursos: ha pasado de ser Honda a Brawn para después, hace sólo unos meses, ser adquirida por la marca de la estrella. Todo ese trasiego pasa factura, al igual que la lucha que mantuvo el año pasado con Red Bull hasta las últimas carreras.
Mientras Ross Brawn, estando en Honda, decidió dedicar la mayor parte de 2008 a desarrollar el monoplaza que en 2009 se proclamó campeón, esta vez no ha podido hacer lo mismo y ahora está sufriendo exactamente igual que les pasó a Ferrari y McLaren el ejercicio pasado. Muchos podrán pensar que esta teoría flojea porque también debería verse reflejada en Red Bull, pero lo que ocurre es que esta estructura tiene una trayectoria mucho más larga que Mercedes y también está mucho más consolidada. De cualquier forma, estoy convencido de que Mercedes y Schumacher pronto serán competitivos. En Alemania se han tomado muy en serio el regreso de la marca a la F-1, prueba de ello es que han apostado por el piloto más laureado de la historia.
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