_
_
_
_
Crónica:30ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Al clásico a mil por hora

Madrid y Barça llegan al gran duelo del sábado imparables, pero por caminos opuestos - Al mazo blanco responde el juego coral azulgrana, que mañana se juega el pase en la 'Champions'

Juan Morenilla

Hace mucho tiempo que el Madrid y el Barcelona convirtieron la Liga en un asunto de dos, un pulso entre dos de los mejores fórmula 1 del fútbol mundial, dos gigantes que buscan la llamada excelencia a través de dos modelos antagónicos. Al Madrid le sirve la cantinela de que el fin justifica los medios o, lo que es lo mismo, que bien estarán los 250 millones de euros salidos de la chequera de Florentino Pérez si eso sirve para que el Barça se quede en blanco después de ganar todo lo posible en el planeta. Desde la acera del Camp Nou ocurre que el resultado sólo se da por bueno bajo una forma de hacer las cosas. Guardiola hace patria del juego coral mientras Pellegrini ha armado un mecano con las piezas más caras, pero con bastante menos pegamento. Si el Barça gana por puntos, el Madrid deja ko a los rivales.

Estos 'monstruos' derrumban un récord tras otro, peleados ambos con la historia
Más información
Sólo Cristiano escapa del bodrio

El deporte siempre ha sido el mejor terreno de cultivo para grandes duelos y entre el Bernabéu y el Camp Nou se ha generado tanta electricidad que todo lo demás ha oscurecido. Ni siquiera cuando entre medias el Barça se juega el billete para las semifinales de la Champions, mañana contra el Arsenal, se habla de otra cosa que del clásico del próximo sábado. Hoy no hay otra guerra en la Liga que la de estos monstruos, dos conjuntos que vuelan a un ritmo tan demoledor que han dejado de mirar al resto por el retrovisor para derrumbar un récord tras otro, peleados ambos con la historia. El desparrame de victorias y goles es tal que, a estas alturas, cuando todavía faltan ocho jornadas para el cierre de la Liga, suman ya los mismos puntos (77) que los que sumó a final de campaña el Valencia de Benítez que ganó el campeonato de 2004 y más que el Madrid de Capello que levantó la copa hace tres temporadas (76). Sucede que uno de los dos se quedará por el camino por mucho que ambos merezcan entronizarse, cada uno a su estilo.

Al Barcelona le bastó el sábado con su pinta menos glamurosa. Sin la purpurina de Alves, Ibrahimovic e Iniesta, con un rato de Xavi, algunos latigazos de Messi y mucho Bojan, despachó al Athletic (4-1) la noche que Guardiola alineó a más pretorianos que artistas. A la vuelta de la esquina está el Arsenal y en el horizonte la final europea del Bernabéu, así que el técnico reservó fuerzas para la semana más dura. El plan se torció por la lesión de Ibrahimovic, ahora que había recobrado el tino, baja segura ante los gunners y duda para el clásico. La versión del Barça la primera parte ante el Arsenal, el miércoles pasado (2-2), fue tan deliciosa como inocente y si algún equipo no concede una segunda oportunidad es este Madrid arrollador.

El Barça pasó página sin mucho sudor, lo mismo que el conjunto blanco en Santander (0-2) . El mazo de Cristiano e Higuaín es la gloria para el Madrid, que llega al partido de los partidos con el cuchillo entre los dientes y sin margen de error. Después del enésimo patinazo en la Liga de Campeones, Chamartín ha perdonado un juego gris porque el equipo va como un tiro y en la Liga nadie le tose en casa. En Santander dio un par de bofetadas y se dejó llevar sin muchos ánimos el resto del partido. Pellegrini recuperará el compás de Xabi Alonso y quién sabe si la varita del imprevisible Guti para intentar acabar con el fantasma del 2-6 y la exhibición azulgrana del año pasado. En nada se parece aquel Madrid al de ahora. El Barça es casi el mismo, salvo que ha cambiado el fuego de Eto'o por la torre de Ibra.

El duelo admite tantos análisis como aristas tienen los equipos. No hay dos jugadores más distintos que Messi y Cristiano como dos conjuntos y dos modos de entender el fútbol tan dispares como el Madrid y el Barcelona. El esprint es tan taquicárdico que hasta se mira cada gol a favor y en contra por si al final hay que sacar la calculadora. Los dos han llegado a mil por hora. Y ya no se puede frenar.

Granero, Higuaín, Diarra, Metzelder, Albiol, Cristiano Ronaldo, Tchité, del Racing, y Van der Vaart, en una barrera del Madrid.
Granero, Higuaín, Diarra, Metzelder, Albiol, Cristiano Ronaldo, Tchité, del Racing, y Van der Vaart, en una barrera del Madrid.AFP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_