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Reportaje:

Espabilados a la caza de marcas

Un particular presenta la petición para registrar el nombre 'Bancaja CAM'

El viernes 20 de noviembre de 2009 el Consell salía en defensa de la solidez de las cajas de ahorro valencianas. La intervención se producía en medio de la polémica surgida tras las declaraciones del vicepresidente económico, Gerardo Camps, que apenas dos días antes había abogado por una fusión de Bancaja y CAM tras indicar que la entidad alicantina entraría en pérdidas este año. Las declaraciones desataron una avalancha de críticas políticas, empresariales y sindicales. Pero también tuvieron otra consecuencia hasta ahora desconocida: la Oficina Española de Patentes y Marcas recibió ese día una solicitud para registrar la marca Bancaja CAM.

La petición procede de un particular domiciliado en La Pobla de Vallbona (Valencia) que debió ver más que posible la eventual fusión -a la que las dos cajas de ahorros valencianas se han opuesto por activa y por pasiva- y que también confía en sacar ventaja por solicitar el registro del nombre de las dos entidades antes que nadie.

La solicitud está en fase de tramitación y ya ha recibido cuatro oposiciones (impugnaciones), según el expediente. Las oposiciones se concretaron entre el 17 y 18 de marzo y dentro del plazo de tres meses tras publicarse la solicitud en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial. La petición se realizó para las actividades de "seguros; operaciones financieras; operaciones monetarias; negocios inmobiliarios. Servicios bancarios".

Las solicitudes de marcas y patentes esconden, en ocasiones, propuestas sorprendentes e incluso insólitas. Cualquier motivo es bueno para intentar aprovechar el tirón de un personaje o de una situación, y tratar de asegurar algún beneficio futuro con el registro de una marca.

Entre las solicitudes más curiosas que ha recibido en los últimos tiempos la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) se encuentra la de la marca Obama. La marca está registrada desde el 1 de febrero de este año a petición de una empresa de Dinamarca para productos, entre otros, como colores, barnices o lacas, jabones, perfumería o cosméticos, así como alfombras.

La OAMI recibió un año antes otra petición para registrar la marca Obama, en este caso de un particular de Madrid. Se quería registrar el uso para productos relacionados con vestidos, seguros, educación o restauración pero al final no se registró.

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Y hay solicitudes más complejas que otras. Una firma alemana pidió registrar hace varios años la marca Fucking hell (jodido infierno en inglés) para cerveza. La petición fue rechazada inicialmente por la OAMI pero el solicitante esgrimió en su defensa reciente ante la sala de recursos que Fucking es el nombre de un pequeño pueblo austríaco y hell (rubia en alemán) se refiere al tipo de cerveza. Se han aceptado los argumentos.

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