Presidente de la Audiencia Provincial de Córdoba "Se está litigando una barbaridad"
Eduardo Baena, presidente de la Audiencia Provincial de Córdoba desde 2000, acaba de ser reelegido en su cargo por el Consejo General del Poder Judicial para un nuevo mandato. En el tema de las construcciones ilegales, tan presente en la provincia, Eduardo Baena (Córdoba, 1948) ha tratado de perfilar una unidad de criterio entre los jueces para enfrentarse a esta compleja realidad, que tiene una dimensión social y política determinante.
"Acerca de la ordenación de urbanismo ya se han dictado una serie de resoluciones, en alguna de las cuales he sido el ponente, donde se explica que, en un momento dado, todas las administraciones habían mirado hacia otro lado y se construyó sin control en determinados lugares", recuerda Baena.
Se han redactado sentencias discrepantes ante casos similares
"La independencia no puede nunca confundirse con el amor propio"
"Pero hubo un momento en el que la sociedad y la propia Administración se sensibilizaron y tomaron cartas en el asunto. También los tribunales". En el caso de Córdoba, la sensibilidad fue tal que el presidente de la Audiencia Provincial convocó un plenillo de magistrados, en el que se adoptaron por unanimidad una serie de acuerdos tendentes a buscar cierta unidad de acción. "Lo que ocurre es que el plenillo de magistrados marca unas líneas maestras y generales. Luego, hay que ir caso por caso", explica.
Y es que, a pesar de sus intentos, se han redactado sentencias discrepantes ante casos similares de vecinos que habían construido irregularmente en parcelas fuera del ordenamiento legal. Algunas sentencias son condenatorias. Otras, en cambio, no. El caso de la urbanización Las Pitas, en terreno declarado Bien de Interés Cultural (BIC) ha sido paradigmático en este sentido. "Una de las obsesiones que siempre he tenido es que se eviten sentencias que ante supuestos iguales den lugar a resultados diferentes", subraya el presidente de la Audiencia. "Lo que ocurre es que existe el elemento de valoración de prueba, en el que no existe una normativa general. Depende de lo que capta el tribunal en cada momento. Es decir, si una persona dice que construyó una casa ilegal inducido por el error, cada tribunal puede entender que el error es efectivamente cierto o entender que no lo fue", aclara.
¿Y se siente satisfecho con el resultado final de aquel plenillo? "Con el resultado del plenillo en sí, sí me siento satisfecho, otra cosa es que en su aplicación práctica pues te das cuenta de que, a veces, la unificación del plenillo no se sigue. Yo siempre digo que la independencia del poder judicial es esencial, pero que hay otro valor fundamental que es la seguridad jurídica. Por tanto, la independencia no puede nunca confundirse con el amor propio".
Tras las últimas inundaciones que vivió Córdoba, hace algo más de un mes, y que han arrasado cientos de casas ilegales edificadas en zonas inundables, muchos se han preguntado si no sería momento de decidir actuaciones más contundentes contra las mismas.
Baena advierte: "Si nos movemos en la jurisdicción penal, el acuerdo de plenillo decía que si un caso tenía reprochabilidad y no era reconducible urbanísticamente, se debía ordenar el derribo. Y si había algún atisbo de reconducción, para evitar perjuicios irreparables, se le decía a la Administración que restaurase la legalidad", señala.
"Pero existe otra vertiente que es puro Derecho Administrativo. Es decir, la restauración de la legalidad urbanística la tiene la Administración. Otra cosa es que contra la Administración pueda recurrir el ciudadano, porque los únicos que tutelan los derechos son los tribunales de justicia. Pero, evidentemente, la lentitud no proviene de los trámites, sino de la sobrecarga de los tribunales".
¿Están saturados los tribunales por esta materia? "En lo Contencioso Administrativo siempre ha habido problemas de urbanismo, pero no me han dicho que toda la problemática venga por ahí. Lo que sí es cierto es que hay una saturación en general de litigios. En general, se está litigando una barbaridad", responde Baena.
Para evitarlo, el presidente de la Audiencia propone "promover más la mediación y el arbitraje. Y para evitar litigiosidad también se debe unificar doctrina. Así como evitar que haya resoluciones discrepantes entre audiencias en doctrina jurídica".
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