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Reportaje:

En manos de Prigioni

A una derrota de caer ante el Barça en la Euroliga, el Madrid depende del argentino para lanzar a Tomic e imponer un ritmo lento

Resguardado en el mesón El Caserío, un hombre se toma un café y explica cómo se debe pronunciar el apellido de Pablo Prigioni. No es una cuestión menor. El base argentino del Madrid es la pieza que decidirá hoy (19.00, Teledeporte) si su equipo queda eliminado o viaja a Barcelona para jugar el quinto partido de los cuartos de final de la Euroliga contra el Barcelona (1-2). Dos argumentos técnicos le dan ese peso: en los dos encuentros en los que Prigioni monopolizó el reloj, siempre pausado, el Madrid ganó (63-70) o estuvo a punto de hacerlo (68-61). En el duelo en el que hubo velocidad y vértigo, su equipo acabó desarbolado (73-84). Es, además, el jugador del Madrid que interpreta con más naturalidad la presencia de Ante Tomic en el poste bajo. Por eso, vista la confusión que recorre las cabinas de televisión y radio, su padre, de visita para ver al nieto, explica cómo se pronuncia su apellido: Prigioni, con g fuerte y dura, como su hijo.

"Que Pablo imponga su ritmo es fundamental", analiza Óscar Quintana, el técnico con el que debutó Prigioni en la ACB, ahora en el Alicante; "el Madrid juega mejor con miedo. Tiene que ser más fiel a lo que hizo en Barcelona, donde mereció ganar los dos partidos: si juega yendo de inferior, puede ganar. Si va de tú a tú, como el miércoles, no. Por eso Pablo será fundamental. Más que no correr, es que él no corre cuando no tiene ventajas muy claras. En cinco contra cinco, explota lo que más daño hace. En el Madrid, como en el Tau con Scola y Splitter, el pick and roll

[bloqueo y continuación] con Tomic".

Es miércoles y Prigioni se encara con Juan Carlos Navarro, el hombre de los 24 puntos. Hay chispas en el parqué y gargantas roncas en la grada. El argentino, un maestro de la gestión de los segundos, sabe por qué su equipo naufraga: el duelo se mide en centésimas de segundo. En los 20 primeros minutos, el Madrid perdió 10 veces el balón, el doble que en todo el segundo partido, ganado en el Palau. Así de caro se paga perder el control del ritmo. Así de gravoso es dejar correr al Barça, por primera vez por encima de los 70 puntos. Así de claro lo tenía Xavi Pascual, el entrenador azulgrana, antes del partido: "Habrá guerra por el ritmo. Ellos quieren un baloncesto de control, pero seguro que en su casa corren un poco más. Su público les empujará a ello".

Y la grada de Vistalegre empujó de lo lindo. Hace casi 15 días, el Madrid ganó por un punto al Gran Canaria. Quizá mereció la reprobación de su gente. Lo que se encontró fue un acto de fe, espuelas en el ánimo: "París 2010 es posible", le despidió una pancarta soñando con la final a cuatro de la Euroliga. Navarro empinó el camino. Ricky Rubio, no: cinco puntos y una asistencia. ¿Por qué no controla el reloj cuando antes siempre domó a Prigioni? "Con todo lo que ha pasado este verano, estos partidos son importantes para Ricky", valoró Ettore Messina, que llegó a hablar de jugadores "asustados por la importancia del cruce" y que quiso a Rubio para su proyecto, en el que ahora están bajo lupa Kaukenas (4m 40s de juego el miércoles), Lavrinovic (4m 55s), Vidal (0m) y Velickovic (0m), todos fichados con él en el cargo.

Prigioni, no. Prigioni, de 33 años, manda. De Prigioni y su cronómetro dependen hoy Messina y Tomic. "Pablo tiene una gran conexión de timing a la hora de hacer el tic, el pase, del pick and roll", resume Quintana; "ve los ángulos: triangula el pase a través del alero o lo da él... El Madrid aún no está hecho, pero tiene mucho talento".

Prigioni lanza ante Navarro.
Prigioni lanza ante Navarro.ÁLVARO GARCÍA

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