Del alfiler al elefante
Así se llamaba la columna. El nombre lo decía todo. Un día era un análisis del principal acontecimiento internacional y al siguiente la necrológica de un pintor o de un poeta. Todo lo que ocurriera en el planeta entero cabía en el folio y medio mecanografiado que solía escribir por la mañana, estrictamente al hilo de la actualidad. Era un periodista orquesta, que sabía de todo y de todo podía escribir. Y siempre rápido y bien. Una bendición para un periódico vespertino como era aquel Tele/eXpres en el que se formó una entera generación de periodistas, quien firma estas líneas entre muchos otros.
El periodismo es mucho menos efímero de lo que creemos, empezando por los periodistas. Se escribe a toda prisa, a veces sin corregir; se lee con más prisa todavía; y luego se pasa página: el olvido. Pero más tarde las cosas se complican. Hay una sedimentación de las ideas y las palabras. Sobre todo si no son flor de un día y han ido manando con abundancia y regularidad, de una pluma inteligente y observadora: 9.000 artículos en 43 años, a razón de siete u ocho folios al día.
'La construcción del columnista' es una antología de los artículos de Vázquez Montalbán escritos bajo el franquismo
Los escritores cuando mueren suelen ir directos al purgatorio, de donde algunos no van a salir nunca jamás, pero otros regresan resucitados y como nuevos. Los periodistas, en cambio, solemos ir de derecho al infierno, a menos que nos hayamos prodigado en una escritura también literaria que merezca la deferencia de una pequeña posteridad. En el caso que nos ocupa, el periodista tiene los mismos méritos que el escritor, hasta el punto de que no se entiende uno sin el otro, y eso era algo que todos sabíamos, pero necesitaba de la labor de los antólogos para que quedara, además de la constancia, abierto el camino de la resurrección.
Lo ensayaron con éxito Carles Geli y Marcel Mauri en la primera antología que se publicó, en 2008, con el título de El mundo según Manuel Vázquez Montalbán (Editorial Ronsel), editada originalmente en catalán (Col·legi de Periodistes), en la que recogían una selección de 130 artículos, columnas y reportajes. Ahora ha repetido la demostración, nuevamente exitosa, Francesc Salgado con el primer volumen de la Obra periodística, que lleva por título La construcción del columnista y abarca desde sus inicios en el oficio en 1960 hasta 1973.
Lo menos que puede decirse de este primer volumen de tres es que Manolo entero está contenido en esos 128 artículos antologados. No hay que esperar al siguiente volumen para encontrarse al periodista maduro y eficaz, que escribe de deporte y de moda, de gastronomía y literatura, de política española e internacional, a pesar de que todavía está vivito y coleando el franquismo. La mitad del volumen corresponde a un periodismo ejercido bajo régimen de censura previa. La segunda mitad bajo un régimen de autocensura y amenazas de sanciones penales y administrativas. A veces se olvidan estos detalles.
Vázquez Montalbán hizo su trabajo de reportero y de columnista en estas condiciones lamentables con profesionalidad, pundonor y decencia; incluidos sus primerizos artículos entre 1960 y 1962, que han merecido el apartado El debut en la prensa falangista. Tal como se percibe en estos textos, en aquella época no se limitaba a sortear la censura, sino que ponía todo su gusto y empeño en probar las costuras del régimen, actividad en la que destacó como artista, maestro y pionero.
Habrá que ver los siguientes volúmenes, pero el rescate de esos artículos que tienen entre 35 y 50 años va más allá del interés de historiadores y colegas. Todo se mantiene en pie en una selección antológica que supera su carácter de testigo de una época y merece ser leída por periodistas y lectores que no la han conocido. Si no han decidido que leerán en estos días festivos, ahí tienen una recomendación de lectura.
Los lectores también pueden disponer de una antología específica de la columna Del Alfiler al Elefante en el blog que mantengo en elpais.com bajo una rúbrica idéntica. La tomé prestada de Manolo hace tres años, en homenaje a su labor de comentarista de política internacional, y en agosto de 2007 recogí en el blog y comenté 31 de sus columnas.
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