La sanción a Cobo reabre la fisura interna en el PP regional

El PP regional, controlado por Esperanza Aguirre, tensó ayer la cuerda que le une al alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, a cuenta de la sanción a Manuel Cobo, mano derecha del regidor, por sus duros ataques a la presidenta madrileña en una entrevista en EL PAÍS, en la que decía frases como: "Lo que está haciendo la gente de Aguirre con Rato es de vómito" y "Montaron una gestapillo para espiarme".

Un día después de que el Comité de Garantías del PP decidiera mantener la suspensión de militancia de un año al vicealcalde -sanción que es revisable y que previsiblemente será levantada en cuanto se cumplan los seis meses-, cargos afines a Aguirre cuestionaron ayer que Cobo siga al mando del grupo popular en el Ayuntamiento de Madrid. La vicealcaldía no se discute, porque la decisión corresponde al regidor y Gallardón ya ha dicho varias veces que respalda a Cobo.

La permanencia del vicealcalde es incuestionable para el Ayuntamiento

"Es una sanción que todos tenemos que acatar", afirmó Lucía Figar

El primero en reabrir la fisura interna del PP regional fue el secretario general, Francisco Granados, quien esgrimió el Reglamento de Organización y Funcionamiento de los grupos municipales para defender que Cobo no debe continuar como portavoz, y ni siquiera en el grupo. Se refirió al artículo 28.4: "La pérdida de la condición de afiliado al PP producirá, automáticamente, su exclusión del grupo municipal".

Granados matizó que era una opinión, y no una orden: "La decisión sobre quién es el portavoz corresponde al grupo", aclaró. El secretario general de los populares insistió en que el PP de Madrid no está "satisfecho" ni se alegra de la sanción, pero cargó contra Cobo: "Nos gustaría que esas declaraciones absolutamente inaceptables no se hubieran producido, porque perjudican la imagen del PP en conjunto".

También algunos ediles aguirristas se mostraron partidarios de que el vicealcalde deje la portavocía. "Cobo sí puede formar parte del grupo, pero no puede ser portavoz", defendió el concejal Fernando Martínez Vidal, que también es miembro del Comité de Dirección del PP regional. "El Comité de Garantías ha ratificado su sanción y este señor ya no es miembro del PP. A mí no me representa", justificó el edil. "Las reglas del juego son iguales para todos, seas alcalde, concejal o militante de base". Otro edil, Ángel Garrido, insistió en que el reglamento avala la "exclusión automática" de Cobo. "El reglamento en vigor lo marca así: ya no es afiliado, ni portavoz, ni miembro del grupo", argumentó.

De momento, la permanencia de Cobo es incuestionable, según un portavoz del Ayuntamiento, pese a que ayer Gallardón no se pronunció. El portavoz destacó que otros ediles de gobierno, como Juan Bravo (Hacienda) o Alicia Moreno (Cultura), ni siquiera tienen carné del PP, pero forman parte del grupo municipal.En el PP de Madrid rebaten que la medida sólo afecta a los afiliados suspendidos de militancia, por lo que, según esta tesis, es compatible no ser afiliado y estar en el grupo; pero no haber sido suspendido de militancia y permanecer en él.

Lo paradójico es que, como en este caso la sanción es temporal, en caso de que terminara aplicándose el artículo del reglamento, pasado el plazo, Cobo podría regresar al grupo y ejercer de nuevo la portavocía. De ahí que, según fuentes cercanas a Gallardón, no tiene sentido que ahora se le aparte.

Las mismas fuentes señalan que si el Comité de Garantías hubiera querido penalizar a Cobo de esta manera, lo habría señalado en su sanción.

En este sentido explicaban las declaraciones de la consejera Lucía Figar, que va a ser nombrada secretaria de Comunicación y portavoz del PP regional, y que ayer zanjó la discusión: "Es una sanción que todos tenemos que aceptar y acatar, empezando por él mismo [Cobo], que ya ha dicho que la acata, aunque no le gusta".

Por otro lado, la posición del PP de Madrid de querer apear al vicealcalde del grupo por la sanción no tiene paralelismo en Valencia, lo que haría que dos militantes con la misma sanción recibirían trato diferente. Allí los populares nombraron hace menos de un mes a Ricardo Costa -ex secretario del PP valenciano, también suspendido de militancia durante un año- portavoz de la comisión de desarrollo del Estatuto en las Cortes Valencianas, informa Adolf Beltrán. Fuentes populares explicaron que no existe la misma normativa que en Madrid y, por tanto, Costa permanece en el grupo como si fuera un diputado no militante, pero con los mismos derechos que el resto de los populares.

La batalla no está zanjada en Madrid. Algunos ediles aguirristas planteaban ayer que, de continuar Cobo en sus cargos, reclamarán su salida, al igual que ocurrió hace unos meses, cuando fue suspendido cautelarmente de militancia.

Entonces, varios concejales plantearon en la reunión mensual del grupo municipal que Cobo no podía seguir como portavoz. Gallardón ofreció sus razones para mantener a su mano derecha en el puesto, pero también insistió en hacer una votación a mano alzada, por si alguno de los presentes no estaba de acuerdo. Sólo 13 ediles de los 34 que integran el grupo popular respaldaron la petición, por lo que ésta no salió adelante. Ayer varios de ellos recordaron que, una vez ratificada la sanción, el reglamento avala su posición. Uno de los más beligerantes, Ángel Garrido, insistió en que volverá a plantearse, si Cobo no se marcha antes, aunque presumiblemente volverían a perder una votación. La próxima reunión del grupo municipal no está prevista hasta finales de abril.

Como alternativa, tanto estos ediles como el propio Granados sugieren el nombre de Ana Botella, edil de Medio Ambiente y segunda teniente de alcalde. "Reúne todas las características", afirmó el secretario general. "A mí me parece la mejor", defendió también Garrido. "Porque sabría conciliar el equipo, representa al partido y al Ayuntamiento".