Cruyff, presidente de honor del Barça

De forma sorprendente, la directiva del Barcelona nombró ayer presidente de honor a Johan Cruyff, ex jugador (1973-1978) y ex entrenador del equipo (1988-1996) y actualmente consejero de la junta y seleccionador de Cataluña. La decisión fue tomada por unanimidad, a propuesta del presidente, Joan Laporta, y de acuerdo con el artículo 16 de los estatutos, que se refiere a "miembros de mérito o de honor y miembros protectores", el mismo que se utilizó para reconocer a Joan Gamper, fundador y presidente de la institución, que tiene rango de socio número uno.

El nombramiento pretende ser "un reconocimiento, como jugador, entrenador y, al mismo tiempo, inspirador y padre de los éxitos deportivos del Barcelona", subrayó el director general corporativo del club, Joan Oliver, en su comparencia posterior al consejo. La junta atribuye a Cruyff la "paternidad" del actual modelo de juego que ha llevado al equipo a ser considerado el mejor del mundo. El propio Oliver citó al actual entrenador, Pep Guardiola; al director deportivo, Txiki Begiristain, y al coordinador del fútbol base, José Ramon Alexanco, como hijos deportivos del cruyffismo. A la junta azulgrana le parece que se imponía la designación en las actuales circunstancias por encontrarse "en un momento especialmente álgido en la trayectoria del Barcelona".

Oliver especificó que Cruyff "no tendrá ninguna implicación en el día a día del club, sino que se trata de un rango protocolario y un refuerzo de la figura en el ámbito institucional". El director general aseveró que el nombramiento se había producido con la complicidad previa de Cruyff -"no hacerlo habría sido un suicidio"- y aventuró que "no entendería" que se pudiera plantear la posibilidad de que se revoque un nombramiento que se hará efectivo en los próximos 15 días.

Desde el punto de vista deportivo, el Barcelona entiende que con el nombramiento se equipara la figura de Cruyff con las de Afredo Di Stéfano en el Madrid, presidente de honor desde 2000; de Bobby Charlton en el Manchester United (1984) y de Franz Beckenbauer en el Bayern Múnich (2009). A nivel social, en cambio, la decisión de la junta ha provocado controversia en el barcelonismo a pesar del gran currículo de Cruyff con el Barça: una Liga como jugador, cuatro como entrenador y la primera Copa de Europa (1992).