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Entrevista:MUSTAPHA MANSOURI Presidente del Parlamento marroquí

"El País Vasco simpatiza con los saharauis por un cliché"

"Volveré para explicarles a mis amigos vascos que Marruecos tiene razón". Mustapha Mansouri, presidente del Parlamento marroquí, responde a contrarreloj. Uno de sus asistentes le indica que se ha acabado el tiempo de la entrevista. Debe salir corriendo para no perder el vuelo de regreso a su país. En el tintero se quedan preguntas como si Marruecos puede ser considerada una democracia o la cuestión de los derechos humanos en el Sáhara.

Pregunta. ¿Está Marruecos preparado para emprender un proceso regionalizador, dada su tradición centralista?

Respuesta. Que un Estado sea centralista no significa que no pueda emprender un proceso de descentralización. Es necesario que Marruecos apueste por este proyecto y creemos que ahora es el momento adecuado.

Mustapha Mansouri

Mustapha Mansouri, (Nador, Marruecos, 1953), presidente del Parlamento marroquí, ha visitado oficialmente estos días las Juntas de Álava y el Parlamento. Debe tomar nota. El rey Mohamed VI anunció un proceso de regionalización de su país a principios de enero. En el horizonte, el Sáhara y el papel de la ONU como árbitro del conflicto entre Marruecos y Argelia. Una comisión de 22 miembros diseñará la descentralización, que comenzará por la ex colonia española.

"En el Sáhara todo es negociable, menos la soberanía de Marruecos"

P. ¿En qué fase se encuentra?

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R. La reflexión sobre la regionalización de Marruecos comenzó en los años setenta. Hicimos una repartición: de ocho regiones pasamos a 16, pero no hemos constatado un progreso sensible. No hemos encontrado una necesidad que propicie la regionalización hasta ahora, que tenemos la oportunidad de proponer una autonomía avanzada para las provincias del sur.

P. ¿Qué les interesa de las instituciones vascas para su proyecto de regionalización?

R. Hemos estudiado la experiencia de autonomía en España y también en otros países, como Alemania e Italia. El problema es cómo adaptarlo a Marruecos. No podemos calcar un esquema europeo en Marruecos. Cada país tiene unas realidades concretas. Su Majestad el Rey ha creado una comisión para articular la regionalización, que dispone de un año para consultar a las distintas instituciones cómo desarrollar el proceso. Consultará a todos los partidos políticos, a los intelectuales, a los universitarios para proponer un sistema que sea aplicable en Marruecos.

P. Hablar de un proceso de regionalización en Marruecos implica hablar de la situación del Sáhara Occidental, ¿Hasta dónde está dispuesto su país a llegar?

R. El proyecto ha sido enviado a Naciones Unidas, a todas las partes y, por consiguiente, todas pueden discutir las competencias de esta regionalización. Esta región específica puede llegar a tener competencias diferentes de otras áreas de Marruecos. Queremos el consenso de todas las partes sobre la manera de gestionar este asunto.

P. ¿Como parte implicada, cuál es su oferta?

R. Todo es negociable, salvo la soberanía. La soberanía de Marruecos sobre los territorios del sur no se puede discutir.

P. ¿El pueblo saharaui podrá tener en un futuro una autonoomía equivalente a la del País Vasco o Cataluña en España?

R. No sé si en el futuro el pueblo saharaui podrá tener las mismas competencias que las autonomías españolas, ¿Por qué no? Pero siempre hay que tener cuidado, porque cuando se habla de manera teórica sin conocer la realidad la comparación podría no ser pertinente. El País Vasco es un país rico, educado, avanzado si lo comparamos con la población saharaui. ¿Sería pertinente dar grandes atribuciones económicas o políticas a una región que no tiene nada? Tenemos que pensar en una gestión autónoma.

P. La causa saharaui despierta una especial simpatía en el País Vasco, donde la batalla de la opinión pública parece perdida para Marruecos. ¿A qué lo atribuye?

R. No hemos explicado las razones reales de este conflicto. Entiendo la simpatía de la opinión pública vasca por el Sáhara, pero responde a un cliché. Un país fuerte, un monstruo que mata a un conejo. Nunca ha existido un Estado, ni una entidad, ni una población ligada con ese Estado. El Sáhara se extiende del Atlántico hasta Arabia Saudí y allí vive una población nómada, sin fronteras, sin control, sin Guardia Civil. Francia y España no reconocen a la República saharaui porque saben que es un problema complicado, que no se resume en el bueno y el malo. Es una concepción ideológica, política que enfrenta a Marruecos con Argelia, la cual está detrás.

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