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Reportaje:

Muerto por orden del capo preso

Unos sicarios asesinan en Marsella a un georgiano sentenciado por el jefe mafioso detenido en Barcelona

De nada le ha servido al capo de la mafia georgiana Vladimir Janashia, apodado Lado, que uno de sus máximos rivales, Kakhaber Shushanasvili, haya sido detenido en prisión. Sicarios de un clan fiel a este último, supuesto líder europeo de la organización desarticulada el pasado martes en una operación transnacional coordinada por el juez Fernando Grande-Marlaska, acabaron en la noche del jueves con la vida de Janashia en Marsella, según confirmaron fuentes de la investigación. Era la segunda vez que la organización dirigida en Europa por Shushanasvili intentaba asesinarlo al considerarlo dirigente de un clan mafioso rival.

En el auto por el que Grande-Marlaska envió a prisión a Shushanasvili -hermano del jefe máximo Lasha Shushanasvili, que logró escapar gracias a la falta de cooperación de las autoridades griegas-, el juez explicaba cómo éste mantenía enfrentamientos con otras organizaciones rivales de Francia, Italia y Holanda, entre otros países. "A sus rivales los consideran como gente cercana o afín a Tariel Oniani", otro de los grandes líderes de las mafias de países del Este, "al que ya no consideran capo".

Shushanasvili dio instrucciones para que acabaran con Janashia en Niza

Janashia era el supuesto jefe de estos enemigos junto con Merab Dhangveladze. En la investigación policial consta que Shushanasvili y sus fieles se referían a ellos como "putos". El intento anterior de acabar con ellos se había producido en Niza. Miembros de los dos clanes se enfrentaron en un importante tiroteo en el que, según informó la policía el pasado miércoles, no se produjo ninguna muerte.

El juez relata en su resolución cómo Shushanasvili tenía planificado y ya había dado instrucciones para que se localizara donde residían Janashia y su gente en Francia. El objetivo, según Grande-Marlaska, era "encontrarlos desprevenidos y así reunirse con ellos en unión de más capos que se encargarían de quitarles el rango y de actuar de forma violenta contra ellos". Algunos miembros del clan liderado por Janashia fueron víctimas recientemente de un fuerte castigo físico impuesto por la gente de los Shushanasvili en Holanda.

Las conversaciones telefónicas que constan en la instrucción reflejan que Kakhaber Shushanasvili se reunió con dos mafiosos enviados a Barcelona por su hermano Lasa -llamados David Mazanahvili y Levan Aschsiasvili- "para recibir las instrucciones necesarias para desplazarse hasta el sur de Francia para asesinar a Janashia". Durante su estancia en la capital catalana, prosigue el juez, "adquirieron prendas especiales para su misión (chaquetas con capucha, botas especiales, cinturones...)" y hablaron con el jefe europeo de la organización ahora desarticulada "sobre las municiones de las que se podía disponer" para cometer el asesinato. Al final, sin embargo, la policía española avisó a la francesa, lo que desbarató la operación deteniendo a los sicarios.

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Otros retomaron la misión el jueves y cumplieron con las órdenes del capo Shushanasvili, a pesar de que se encuentre en prisión.

Kvicha P. y Kakhaber Shushanasvili, detenidos en la Operación Java.
Kvicha P. y Kakhaber Shushanasvili, detenidos en la Operación Java.

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