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Golpe judicial al PNV en Álava

Agirre aplicará "tolerancia cero" tras el arresto de su 'hombre

El diputado general, conmocionado, reclama a De Miguel que deje su cargo si el juez instructor le imputa

La ya de por sí difícil situación minoritaria del PNV al frente de la Diputación alavesa (fue el tercer partido en las elecciones forales de 2007 y se sostiene gracias al apoyo externo socialista), y sus escasas probabilidades de repetir en su Gobierno tras los comicios de 2011, recibieron ayer un verdadero mazazo con la detención a primera hora de la mañana de su responsable de Administración Local y Equilibrio Territorial, el peneuvista Alfredo de Miguel.

Pese al mayor peso político y público del teniente de diputado y portavoz foral, Claudio Rodríguez, ha sido De Miguel quien ha venido aupándose a la condición de auténtico hombre fuerte en la sombra dentro del Gobierno de Xabier Agirre, con una excelente conexión con el partido, incluida la dirección nacional que encabeza Iñigo Urkullu. A ello añade su condición de vicepresidente segundo de la Caja Vital, precisamente tras el otro vicepresidente y líder peneuvista en el territorio, Iñaki Gerenabarrena.

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El plan foral de Inversiones, la financiación municipal, la asistencia y el asesoramiento a las entidades locales, el planeamiento del territorio, la gestión urbanística y la sociedad pública Arabarri, dedicada a la gestión cultural y la restauración del patrimonio, estaban bajo su dirección. El suyo es, por tanto, un cargo en el que se hace fontanería sí o sí, desde el que se ganan adeptos en el rosario de pequeños pueblos del territorio, donde el PNV reina con comodidad, en contraste con su retroceso en los núcleos más poblados y, por descontado, en la capital, Vitoria.

"El más frío, recto, discreto, formado y listo de todo el equipo foral, que lleva el nacionalismo en la sangre, pero también con una mente abierta y con un perfil de tecnócrata muy apreciado en los círculos que cuentan en la vida económica", le define una persona que le ha tratado desde hace más de cinco años y tiene una excelente impresión de él. "El interlocutor serio y perfecto para cualquier cosa, un solucionador", agrega.

Mientras la Ertzaintza registraba distintas sociedades relacionadas con los detenidos y dependientes de la institución foral, Agirre, con tantas salpicaduras sobre su Gobierno sobre la mesa, decidió de inmediato suspender casi toda su agenda oficial. Se enteró de los sucedido cinco minutos antes de inaugurar una jornada sobre la sostenibilidad de los servicios sociales. Desde el momento en que entonces trascendieron los arrestos realizados por la Ertzaintza la noticia corrió entonces como la pólvora por toda la ciudad, dejando un reguero de perplejidad, incredulidad y consternación, según los casos, el conocimiento o la proximidad de cada uno con los detenidos.

Agirre, a diferencia de Gerenabarrena, quien tardó diez horas en comparecer en público, convocó una rueda de prensa apenas una hora después de hacerse públicos los arrestos. Arropado por su equipo al completo, salvo obviamente el detenido, el diputado general se puso "a la entera disposicion de la Justicia" para colaborar en el esclarecimiento de los hechos, tras reclamar la presunción de inocencia para su subordinado. Su intención evidente fue que no quedase ninguna sombra de sospecha de que él es el primer interesado en que se aclaren todos los hechos.

Ante "la más mínima" responsabilidad que pueda caer sobre su hombre fuerte, Agirre, quien había estado consultando con su equipo más cercano, enfatizó que defenderá "la aplicación con todo rigor" de la ley. El responsable de la institución foral pidió por adelantado el cargo a su diputado si el juez le imputaba tras su declaración, horas antes de que De Miguel saliese del juzgado en libertad con cargos. "Si algo de eso se produjera [en referencia a su posible imputación en alguno de los delitos por los que es investigado], me parecería más correcto que él presentara la dimisión".

Agirre no ocultó que vivía "una situación complicada y dura" en el plano personal. "Es un trago muy duro", admitió, tras señalar que salía a "dar la cara" en una demostración de su convencimiento de que, ante acusaciones tan graves como las que ocasionaron las detenciones -blaqueo, tráfico de influencias y cohecho- defiende una política de "tolerancia cero". "Presunción de inocencia y tolerancia cero", recalcó. "Estamos aquí como servidores públicos y en este sentido no permito absolutamente nada", se mostró duro y tajante. Aguirre desconocía a última hora de la noche el auto del juez instructor.

El alcance del caso mereció incluso unas declaraciones a Efe del lehendakari, Patxi López, quien abogó por respetar la actuación judicial y poner a salvo el peso institucional de la Diputación. "Que todo lo que sea punible se pague", incidió, señalando que los arrestos pueden afectar a la gestión de "determinadas personas o partido", pero "no pueden salpicar a las instituciones ni al conjunto de los grupos políticos". "Sobre todo en Euskadi, donde dedicarse a la política tiene un plus de dignidad que debiéramos considerar todos", resumió.

Del parque tecnológico al TVCP

Ayer, en Vitoria, durante las horas del aperitivo su céntrica calle Dato enmudeció. Y es que la Ertzaintza había detenido, casi de madrugada, a Alfonso Arriola, uno de los visitantes más asiduos a diario de los bares más concurridos, a quien se podía ver en animada conversación.

Arriola, nacido en el seno de una familia del PNV de Bermeo, ha demostrado hasta ahora una probada versatilidad en sus ocupaciones laborales. En la ciudad donde reside, este cualificado afiliado

jeltzale

es muy conocido por su vinculación al Deportivo Alavés durante la reciente época dorada de la mano del presidente Gonzalo Antón ya que fue director general de la Fundación del club. Allí trabó amistad con ex jugadores como Sabino Álava, con quien comparte horas de diversión.

Arriola siempre ha estado dispuesto a colaborar. Sólo se le advierte una excepción entre quienes le rodean: se asegura que renunció a concurrir como cabeza de lista a las municipales de Vitoria en 2007, consciente de que si el PNV apostaba por la Diputación, "no quedaba posibilidad de hacer doblete". Hasta de su detención, estaba en la quiniela para ser candidato en 2011.

Pero Arriola estuvo ahí cuando hubo que introducir en la sociedad vitoriana entre el estupor generalizado al polémico Dmitry Peterman cuando éste compró el Alavés. Quizá esta contrastada versatilidad le ha permitido ocupar primero la dirección del Parque Tecnológico de Miñano durante tres años y asumir después de su despedida el cargo de asesor en el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, donde presta asistencia a Eusebio Melero, uno de sus miembros a propuesta del propio PNV.

Entre quienes le conocen no pasa desapercibida su innegable vocación "por mantener un alto nivel de vida" que, en ocasiones, sorprende por su ocupación laboral. En su reciente trayectoria, Arriola aparece muy vinculado a su segunda esposa, que ayer por la tarde seguía el curso de los acontecimientos desde una sala del ABB.

Matrimonios

La casual coincidencia de que tres matrimonios figuraban en la lista de los ochos detenidos ayer por la Ertzaintza, implicados en casos de supuesto cohecho, alentó las sospechas sobre el auténtico modus operandi

. De hecho, alimentó vivamente, entre las primeras conjeturas, la posibilidad de que el caso tuviera una relación directa con el enriquecimiento personal de algunos de los detenidos.

Ocurre que el principal sospechoso, Alfredo de Miguel, fue detenido junto a su mujer Ainhoa Bilbao Lasa, mientras la misma suerte corrieron los matrimonios formados por Koldo Otxandiano e Iratxe Gaztelu, de un lado, y Aitor Tellería y Araceli Bajo, por otro.

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